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LECTURA BÍBLICA: MATEO 22:34-40
“De estos dos mandamientos depende toda la ley…” v.40
La cruz, está conformada por dos maderos unidos, uno vertical y otro horizontal; nuestra relación con Dios debería ser de igual manera, la relación vertical es con nuestro Padre, ya que estamos en la tierra y Él en el cielo.
Pero una relación exclusiva con el Padre, olvidándonos de la relación con nuestros hermanos, no es la que Dios espera de nosotros; Dios desea ver nuestro amor hacia Él, reflejado en el amor al prójimo con quienes interactuamos.
Al igual, una relación a favor de los hombres sin Dios, totalmente horizontal, nos convierte en filántropos y humanistas; negando su existencia; tampoco esta es una relación como Dios quiere.
El amor a Dios se debe reflejar en nuestras actitudes hacia quienes nos rodean. Si bien es cierto que no somos salvados por obras, al recibir a Jesús, nuestra vida debe experimentar un cambio favorable y visible para los demás. De Jesús se decía que “crecía en gracia para con Dios y los hombres”, su relación era perfecta vertical y horizontal.
Juan escribió “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1ª Juan 4:20)
Este versículo nos debería hacer reflexionar que Dios no solo espera palabras de amor hacia Él, sino que le demostremos nuestro amor, amando a quienes nos rodean.
Amar de palabra es fácil, demostrarlo con nuestros actos es lo difícil; no debemos olvidar que “el mejor predicador es el ejemplo” y que “nuestras acciones hablan más duro que nuestras palabras.”
Mario Gil Gómez, Colombia
La perfección se alcanza amando
