Espiritualidad de la Iglesia Evangélica – 3era Parte

Espiritualidad de la Iglesia Evangélica – 2da Parte
6 mayo 2009
Dos Opciones
14 mayo 2009
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Autor: Dr. Alvaro Pandiani*

¿Qué queremos decir con pontificación? Bien. ¿Qué creen los católicos romanos acerca de la palabra del sumo pontífice, el papa? Desde el Concilio Vaticano I, celebrado en 1870, en el que se promulgó el dogma de la infalibilidad papal, el catolicismo romano cree que el papa, cuando habla ex cathedra, es decir, desde el trono de San Pedro, no se equivoca.

¿Pasa esto en la Iglesia Evangélica?

No en forma centralizada para todos los evangélicos a nivel mundial, como ya dijimos. Pero a nivel de ciertos sectores, en algunos líderes evangélicos, en determinadas ocasiones, en circunstancias claramente definidas (por ejemplo, predicaciones en condiciones de audiencia multitudinaria, sea en persona o a través de los medios de comunicación masiva) a menudo se reconoce el uso de una PALABRA, que no puede ser discutida. Esa PALABRA opina sobre todos los asuntos grandes y pequeños de la vida con absoluta autoridad, y surge con afirmaciones categóricas, expresadas con una imperiosa certeza, rayana en el peso de la Sagradas Escrituras. Esta PALABRA, alocución irrefutable, no por no existir argumentos lógicos o bíblicos que demuestren falacia, sino por el imperio de la autoridad de que está revestido el mensajero, bien puede describirse como un auténtico discurso omnicomprensivo. ¿Qué quiere decir esto? Que estos líderes y predicadores evangélicos se presentan con un discurso que lo abarca todo, y ofrece respuestas para todo.

Ahora bien, ¿tienen las Sagradas Escrituras respuesta para todos los problemas del ser humano? Creemos que sí, y ese es justamente uno de los postulados básicos y fundamentales del ser evangélico. Pero el discurso de estos ministros evangélicos no surge del humilde intento de confrontar puntos de vista, hasta encontrar la verdad última en la Biblia, sino de su particular “iluminación”. Es decir, que no es un discurso que surja de un consenso a la luz de las Sagradas Escrituras, sino de interpretaciones personales, revestidas de autoridad incontestable bajo la etiqueta sagrada de la “proclamación profética”.

Heterogeneidad en la liturgia

Primeramente convengamos que la palabra “liturgia” no es de uso común en el ambiente evangélico. Pero si nos atenemos a la definición del término, liturgia se refiere al “culto público aprobado por una Iglesia”; o también a la “forma con que se llevan a cabo las ceremonias en una religión”. Por lo tanto, aunque a algunos les rechine un poco, podemos usar este vocablo para resumir en una sola palabra lo que hacemos cuando nos reunimos a adorar como cristianos, los evangélicos; cuando cantamos, oramos, predicamos, nos abrazamos, lloramos o reímos.

En este punto es inevitable referirse a la diferencia de liturgia existente, fundamentalmente, entre los evangélicos conservadores, y los renovados. El binomio conservadores/renovados era, hace 26 años, cuando conocí el evangelio, el binomio bautistas/pentecostales. Vale aquí aclarar que quién esto escribe conoció el evangelio de Jesús, se convirtió y transcurrió toda su vida cristiana hasta el presente, en iglesias pentecostales. También es pertinente una segunda aclaración: que mantengo excelentes relaciones fraternales con cristianos de denominaciones evangélicas no pentecostales. Y también vale recordar que, hoy por hoy, el movimiento de renovación ha saltado las barreras denominacionales, y no es ya patrimonio de los pentecostales.

Una anécdota interesante, bastante conocida y seguramente ficticia, ilustra esta notable diferencia existente en el binomio bautistas/pentecostales. Se cuenta que una delegación uruguaya concurrió a un congreso mundial de evangelismo en Corea del Sur. Como buenos uruguayos, llegaron últimos y tarde; los coreanos voluntariosamente buscaron cómo acomodar a los hermanos uruguayos, no encontrando más lugar libre que un gimnasio. Pusieron camas, armarios metálicos, y ahí los dejaron. El contingente uruguayo, formado en realidad por una delegación bautista y una pentecostal, se ubicó rápidamente; unos para un lado, y los otros en el otro extremo. Una de esas noches regresaron del congreso a altas horas; la plenaria se había extendido mucho, estaban cansados, con mucho sueño, y todos se acostaron sin decir palabra. Una vez metidos en la cama, cómodos y abrigados, se dieron cuenta que habían dejado la luz encendida. Entonces el líder de la delegación pentecostal le dijo al líder de la delegación bautista, que además era su amigo:

-Hermanazo, por favor, apagame la luz.

El líder bautista, circunspecto, se incorporó un poco y replicó:

-Bueno, si nos toca a nosotros la tarea de apagar la luz, entonces deberemos reunir una Junta de Evaluación, la cual a su vez nombrará un subcomité que analice el problema, y una vez que dicho subcomité se expida…

-Está bien, hermano – exclamó el líder pentecostal, impaciente – Dejá, dejá que yo apago la luz.

El líder bautista no dijo nada. Todos se quedaron quietos; pasaron cinco minutos, diez, quince, veinte; a la media hora nadie se había movido, y la luz seguía encendida. Entonces el líder bautista, bastante fastidiado, increpó al líder pentecostal:

-¿Y, hermano? ¿Cuándo vas a apagar la luz?

A lo que el otro contestó:

-Cuando lo sienta del Señor.

Esta breve historia, una suerte de “leyenda urbana” evangélica, con posibilidad de ser cierta, pero más probablemente inventada, o por lo menos exagerada para ser contada como chiste, ilustra características asociadas tradicionalmente a las dos denominaciones evangélicas involucradas: el “método” de los bautistas, traducido en la creación de comisiones y comités para toda tarea a realizar, y por contrapartida la tendencia del pentecostal a hacer todo según lo que “sienta” de parte del Señor. Ambas tendencias se prestan al abuso; la segunda, de hecho, sucede en algunos ámbitos evangélicos, independiente de que sean pentecostales o no. La percepción y experiencia cotidiana de “lo espiritual” se reduce a lo que se “siente” del Señor, y estos sentires son los que guían la toma de decisiones, y aún las recomendaciones a dar a los demás.

“Lo espiritual”, por lo tanto, se reduce a sentires, y la guía que supuestamente proviene del Espíritu Santo sale con la expresión, ya clásica e incontestable, lo siento en mi corazón. El corazón, que en las Sagradas Escrituras funge como asiento de la personalidad, pero que tradicional y popularmente es asiento de las emociones (aunque biológicamente no sea ni lo uno ni lo otro), es en este contexto fuente de sentires (o sentimientos) que se toman como guía espiritual autorizada y, muchas veces, incuestionable. Y esto nos lleva al tema de las emociones, y a la necesaria observación acerca de que el emocionalismo es gran protagonista de muchas de nuestras reuniones evangélicas, entre los llamados “renovados”.

* El Dr. Alvaro Pandiani es columnista de la programación de Radio Transmundial Uruguay en el espacio “Diálogos a contramano” que se emite los martes, 21:00 a 21:30 hs. en el 610 AM. El presente artículo se desarrolló Sobre la base de la conferencia presentada en el Curso de Sociología Cristiana del Seminario Teológico Bautista del Uruguay – Setiembre 2008. Fue publicado originalmente en www.iglesiaenmarcha.net y cedido a www.rtmuruguay.org por su autor.

4 Comments

  1. Carolina Vallejo dice:

    Durante el año visito distintas asambleas de diferentes denomincaciones. Fui educada en esto y esto lo conservo , sin dejar la asamblea donde por el momento Dios me tiene congregada. Hoy fue uno de esos días que por motivos personales y profesionales participé en una asamblea de otra denominación. Me sentí como en mi casa , me dije son mis hermanos en Cristo por lo tanto unánimes en El seamos de un mismo sentir. Nos une y nos debe unir Cristo, ¿será posible que por cuestiones humanas, por cuestiones doctrinales estemos separados? , ¿Qué imagen le damos al mundo ?Depongamos las cuestiones humanas, los criterios humanos y que lleva a confusión, ¿no somos conscientes de eso?Me preocupa esto sobremanera. Creo que somos egoistas.

    Agradezco mucho éste espacio para poder opinar. Si he sido abusiva ,lo siento.Me siento comprometida con el tema y mucho.
    Me gustaría que otros opinaran, éste es un espcio democrático.
    Me agrada éste versículo, Isaías 66:18

  2. Carolina Vallejo dice:

    Considero que la liturgia es la liturgia,punto y a parte.Cuando uno le explica a alguien que no comparte nuestros principios le habla de liturgia, así el otro comprende.
    Creo que ha sido una costumbre introducida el no usar determinadas expresiones . Expresiones miradas de reojo con cierto prurito, no se porqué.Debemos dejar de lado el qué dirán, es hora de hacerlo.
    Felizmente esta liturgia no está vaciada de contenido espiritual,va más allá de un mero formalismo ergo tiene otro significado y connotación espiritual.

    Dios mide el corazón , el lo conoce realmente.

    En cuanto a las manifestaciones espirituales ,proceden del interior del hombre , de su corazón.No somos quienes para definirlas como exacerbadas o acotadas por llamarlas de alguna manera.En nosotros mora el Espíritu Santo, en todos los que hemos creído en Jesucristo como Salvador personal. Y esto es fundamental, Cristo en nuestra vida, Cristo el Salvador y Señor.

  3. Carolina Vallejo dice:

    Quiero felicitar al creativo que seleccionó los vitrales, excelente selección;acorde con el nivel de los artículos.
    El primer vitral con la cruz vacía, amén!!, detrás el Sol de Justicia y delante la Palabra de Dios.El segundo con la pureza y santidad de la Anunciación que ha sido motivo de inspiración para tantos artistas en la pintura y la música.

    Y el tercero resume la tesis del autor : Cristo en el centro y los demás círculos (las denominaciones) concéntricos en torno a El. Cristo es el centro de los cristianos , Cristo la Roca de Salvación es nuestro común denominador ayer , hoy y siempre. Ese Cristo es nuestro leiv motiv, el que viene a buscar a SU IGLESIA y no a una denominación en particular.
    Todos apagaremos la luz porque CRISTO TIENE EL PRIMADO más allá de las diferencias. Excelente selección visual, muy bien pensada.
    Carolina Vallejo

    PD. Son vitrales de qué iglesia europea?

  4. Carolina Vallejo dice:

    Todos apagaremos la luz o la prenderemos de un modo distinto o en momentos diferentes.Es indiscutible , la luz será apagada o prendida, amén.

    LO PRINCIPAL ES JESUCRISTO EN NUESTRAS VIDAS.LO PRINCIPAL NUESTRA RELACIÓN INTIMA Y PROFUNDA… Y NO SE NOS OLVIDE LA ORACIÓN Y EL AMOR.TODO PROVIENE DE DIOS, si no es así es falso.

    DIOS VIENE A BUSCAR A SU IGLESIA y esto va más allá de una denominación u otra.

    Someternos a la voluntad de Dios y a su Palabra algo que realmente vale la pena, para nada algo forzado sino algo dulce y muy fresco y se traduce en nuestros actos.

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