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LECTURA BÍBLICA: LUCAS 12:13-20
“Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma…” v.20
El amor al dinero es la raíz de todos los males; el dinero tiene ese don, con él se pueden comprar cuerpos, mentes, voluntades, justicia, casi todo está a la venta; más, lo realmente valioso, no se vende ni se compra, simplemente se da.
Dios nos ama, valemos todo para él, somos su especial tesoro, no espera que nosotros vayamos a Él sino que nos llama y se deja encontrar; no lograremos tener a nuestro lado a nadie, tan poderoso, fiel y desinteresado como nuestro Padre celestial.
El dinero tiene la cualidad de hacernos autosuficientes, cuando poseemos una gran fortuna de inmediato pensamos que podemos tenerlo todo, Dios pasa a un segundo plano. El dinero compra todo lo que se vende en el mundo, pero los sentimientos verdaderos no están a la venta; la paz, la tranquilidad y el amor no se pueden comprar.
“Conoceréis la verdad y ella os hará libres” nos dice Jesús; la verdad es la Palabra de Dios. La salvación es un regalo inmerecido, no se puede comprar, solo se puede alcanzar por medio de la fe. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo, si pierde su alma? La sabiduría, ni la humana ni la divina se pueden comprar; la inteligencia ni el razonamiento tienen precio, solo se alcanzan al reconocer a Dios como nuestro proveedor, sanador, salvador, en una palabra, como nuestro Todo.
Lo que nos ofrece el mundo es pasajero e inestable, lo de Dios es perfecto y eterno.
Si esta noche vienen a pedir tu alma, ¿en dónde estarán tus tesoros? ¿Estarán contigo, o de quién serán?
Mario Gil Gómez, Colombia
Seamos ricos para con Dios
