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LECTURA: SALMO 142
“Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre.” v.7
La película Cuarto de Oración impactó mi vida. Cada vez que la veo me anima a buscar esa cercanía con Dios. Para quienes no han tenido la oportunidad de verla, trata sobre una mujer que atraviesa problemas matrimoniales y se encuentra con una mujer mayor quien la guía a luchar por su familia a través de la oración.
A medida que transcurre la película vemos una transformación en la mujer y al final su familia es restaurada. Para llegar a ese desenlace ella habilita su closet o armario como un cuarto de oración, un lugar apartado, cerrado, con porciones bíblicas pegadas en las paredes en donde ella puede encontrarse libremente con Dios, presentarse sin máscaras y luchar hasta alcanzar la victoria.
Leyendo el Salmo 142 vemos a David dentro de una cueva, escondiéndose de sus enemigos, esa cueva que él ha elegido para proteger su vida, es también un lugar para encontrarse con Dios y presentarle su queja.
La queja aquí se entiende como expresar todos aquellos pensamientos que le angustian, que le están quitando la paz, sin tratar de ocultar nada a Dios, pues Él nos conoce a la perfección y no podemos engañarlo.
Expongamos claramente y por su nombre lo que nos angustia, a medida que vamos presentando nuestra queja a Dios, obtendremos paz y esperanza.
Que la cueva que usted prepare no sea solamente para escapar de las situaciones estresantes que deba enfrentar, sino un lugar para encontrar refugio de sus enemigos.
Un lugar especial para estar a solas con Dios; allí abra sus labios para presentar sus pesares, también para alabarlo y bendecirlo.
Miriam Bermúdez, Honduras
Dios, eres mi cueva, mi refugio
