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LECTURA BÍBLICA: ECLESIASTÉS 12:10-14
“El fin de todo el discurso oído es éste: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.” v.13
Cuando pensamos en el temor, pensamos en una profunda sensación de miedo. Algunas cosas asustan más a unos que a otros, pero toda persona en alguna medida huye del temor. Temor al espanto nocturno; temor a ser robados por alguien en forma inesperada, temor a vivir y muchos temores más.
En el caso de nuestra relación con Dios es algo diferente, en el antiguo libro del patriarca Job encontramos la siguiente pregunta retórica “¿No es el temor a Dios tu confianza?” (Job 4:6).
De tal manera que el temor a Dios se entiende en la Biblia como una actitud reverente que nos ayuda a encontrarnos con nuestro creador ya que el perfecto amor echa fuera el temor (1 Juan 4:18).
El segundo gran aspecto de nuestro versículo clave es guardar los mandamientos de Dios. Guardar es poner por obra, tener un conocimiento claro de lo que el Señor desea de nosotros y atesorarlo para que nos acompañe en el día a día. Tal como lo expresó Jesús: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15), de tal manera que el obedecer a Dios es una muestra de nuestro amor hacia él.
Al fin de cuentas todo lo más importante en la vida, la conclusión al final de todo el peregrinaje sobre la tierra para cada ser humano se resume en el amor a Dios, temerle, respetarle y obedecerle. Que la sabiduría del Predicador, del rey Salomón, nos ayude a comprender mejor el propósito de nuestra vida.
Fabián Andrés Cabezas Fonseca, Guatemala
Teme a Dios, y guarda sus mandamientos
