No temerás los miedos de la noche – 2

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Por: Dr. Álvaro Pandiani*

Retomamos la charla sobre los peculiares eventos habidos en la frontera entre la vigilia y el sueño. Las explicaciones naturales de estos extraños fenómenos son absolutamente coherentes, mal que les pese a quienes gustan de – y gustan creer en – lo esotérico y paranormal. Pero estas personas, además de protestar que los racionalistas siempre catalogan todas las experiencias inexplicables como alucinaciones, espejismos, engaño de los sentidos y cosas por el estilo, sólo pueden aducir que no hay manera alguna de probar que la visión de un visitante de dormitorio sea simplemente una alucinación. Tampoco hay manera de probar, por supuesto, que sean demonios, fantasmas o extraterrestres. Con todo, sí es posible demostrar, mediante registro electroencefalográfico (EEG) realizado mientras el sujeto duerme, que el sueño es un fenómeno complejo, como dijimos. Comienza con una primera etapa llamada sueño lento, compuesta de cuatro fases, durante las cuales el sueño se va profundizando, y pasa luego al sueño de movimientos oculares rápidos (o sueño REM, por Rapid Eye Movement), registrado mediante electrooculograma (EOG), en el cual el registro EEG muestra un patrón intermedio entre la vigilia y la fase I del sueño lento. Este ciclo se va repitiendo a lo largo de la noche. Es en el sueño REM que, se ha constatado, se producen la mayoría de las ensoñaciones (los sueños); en el mismo hay una atonía muscular casi completa, es decir, una pérdida del tono muscular voluntario, comprobado mediante registro del electromiograma (EMG). El registro simultáneo del EEG, el EOG y el EMG constituye el polisomnograma, una herramienta diagnóstica clave en los trastornos del sueño. Es sugestivo saber que los enfermos de narcolepsia pueden presentar parálisis del sueño, con un registro polisomnográfico de sueño REM, pero en vigilia; también pueden presentar alucinaciones hipnagógicas en vigilia. Todo esto sugiere no sólo la mencionada complejidad del sueño, sino también las limitaciones de las herramientas diagnósticas con que se cuenta actualmente para comprender la naturaleza de todos los eventos que se producen durante el mismo. Particularmente en esa franja fronteriza en que se suscitan los fenómenos más extraños y aterradores, los cuales se prestan a interpretaciones sobrenaturales.

Una recorrida por internet muestra, además de artículos “serios” en páginas de psiquiatría y neurología – tanto dirigidos a profesionales como a público en general – artículos esotéricos que versan sobre encuentros con espíritus y fantasmas, así como contacto con extraterrestres (redactados con la misma convicción con la que hablan los psiquiatras y especialistas del sueño que ofrecen sus explicaciones). Llamativo y revelador es el intercambio que pude leer en un foro de Yahoo, en el cual alguien refiere una experiencia hipnagógica nocturna que lo dejó profundamente aterrado, para escapar de la cual rezó un Padrenuestro, un Avemaría y un Credo, confesando luego que pocas veces había rezado el Padrenuestro, menos el Avemaría, y prácticamente nunca el Credo, todas oraciones hechas y muy conocidas – por lo menos las dos primeras – entre los habitantes de países con cultura y herencia religiosa católica. Uno podría incluso sonreír irónicamente ante esto, y hacer comentarios socarrones, como que ante lo desconocido y atemorizante enseguida nos acordamos de Dios, y cosas por el estilo. Más interesante es notar cómo la experiencia en este caso es interpretada de inmediato como la intrusión de una fuerza sobrenatural maligna, conjurada mediante la invocación de Dios a través de oraciones conocidas. De las respuestas que el internauta recibe, sólo una lo conduce hacia una explicación racional, informándole que el fenómeno es una parasomnia (trastorno del sueño) sin mayor trascendencia patológica. Todas las demás respuestas se componen del relato de experiencias similares, una interpretación paranormal, y la recomendación de diferentes oraciones para conjurar las apariciones. Sin embargo, recordando lo antedicho respecto a que la parálisis del sueño dura algunos minutos – algunos autores hablan de uno a tres minutos – resulta que es casi el tiempo que puede llevar recordar una oración y repetirla. En vista de que el fenómeno tiene una duración breve, y luego desaparece espontáneamente y sin secuelas, hay quienes recomiendan simplemente tranquilizarse y esperar que pase. Ahora bien, el punto es que sólo quienes han sufrido estas experiencias saben que es muy difícil tranquilizarse, así nada más, pues son realmente aterradoras. Y también es cierto que hay quienes sólo haciendo oración lograrán tranquilizarse; y cuando el fenómeno haya pasado, sentirán que han vencido “algo” que los atacó con malas intenciones, proveniente de un mundo paralelo y espeluznante.

En suma, mientras que algunos sí las aceptarán, otros no se tranquilizarán ni se dejarán convencer por las explicaciones científicas, y seguirán desconfiando que aquellas cosas a las cuales los racionalistas llaman alucinaciones, son en realidad algo más, procedente de una dimensión con la que no es conveniente tener contacto.

¿Es posible encontrar en la Biblia el relato de una experiencia nocturna de este tipo, equiparable a los modernos fenómenos catalogados como alucinaciones hipnagógicas, además de la posible referencia, muy general, en el libro de Job? Sorprende encontrar que sí, y que está también en el libro de Job. Elifaz, uno de los tres amigos de Job que vienen para estar junto a él y condolerse de su desgracia, en su primer discurso cuenta lo siguiente: “El asunto me llegó como un susurro; mis oídos lograron percibirlo. En la imaginación de visiones nocturnas, cuando el sueño cae sobre los hombres, me sobrevino un espanto y un temblor que estremeció todos mis huesos; y al pasar un soplo por delante de mí, se erizó el pelo de mi cuerpo. Delante de mis ojos se detuvo un fantasma cuyo rostro no reconocí, y lo oí decir muy quedo: ¿Será el mortal más justo que Dios? ¿Será el hombre más puro que el que lo hizo?” (Job 4:12 – 17). Este mismo pasaje bíblico en la traducción de la Biblia Dios Habla Hoy (Versión Popular), con un lenguaje que sería más acorde al habla moderna, se lee de la siguiente manera: “Calladamente me llegó un mensaje, tan suave que apenas escuché un murmullo. Por la noche, cuando el sueño cae sobre los hombres, tuve una inquietante pesadilla. El terror se apoderó de mí; todos los huesos me temblaban. Un soplo me rozó la cara y la piel se me erizó. Alguien estaba allí, y pude ver su silueta pero no el aspecto que tenía. Todo en silencio… Luego oí una voz: ¿Puede el hombre ser justo ante Dios? ¿Puede ser puro ante su creador?”. La experiencia relatada por Elifaz tiene llamativas similitudes con los modernos relatos de experiencias habidas en los estados fronterizos del sueño: es un evento nocturno, vinculado al sueño (“cuando el sueño cae sobre los hombres”), e incluso el propio Elifaz estaba aparentemente en un estado onírico (la “imaginación de visiones nocturnas” de la Versión Reina Valera se transforma, en la Versión Popular, en una “inquietante pesadilla”); el fenómeno produce un intenso miedo (“la piel se me erizó”, “el terror se apoderó de mí”); y se produce la llegada de un visitante, un “fantasma” según la Reina Valera, que en la Versión Popular es “alguien” (una presencia; en cualquier caso, desconocida). El mensaje del visitante, importante en el contexto del razonamiento de Elifaz aplicado al drama de su amigo Job, es de interés secundario frente a la posibilidad de reconocer, en esta experiencia de Elifaz, un antecedente bíblico – de cuatro mil años de antigüedad – de los fenómenos de los cuales hablamos. Huelga destacar que Elifaz interpreta la experiencia como un evento sobrenatural, sin dudarlo un instante.

La Biblia contiene muchos otros relatos acerca de la aparición de seres sobrenaturales. En el Antiguo Testamento leemos de apariciones angélicas de todo tipo, incluso de apariciones del mismo Dios (Génesis capítulos 18 y 19; Jueces capítulo 6; Isaías capítulo 6; Ezequiel capítulos 1 y 10, y muchos otros), y una controvertida aparición nocturna del alma del difunto profeta Samuel (1 Samuel 28), cuya interpretación teológica da problemas hasta el día de hoy. En el Nuevo Testamento tenemos la aparición del diablo para tentar a Jesús en el desierto (Mateo 4; Lucas 4); visiones angélicas en Hechos (capítulos 1, 12, 27, entre otros); aparición del Cristo resucitado para alentar a Pablo, una noche en Corinto (Hechos capítulo 18), o a Juan en Patmos (Apocalipsis capítulo 1), y otros eventos similares. Pero en todos los casos, los participantes humanos del fenómeno se encontraban completamente despiertos, conscientes, y alertas ante lo que sucedía. Nada similar a lo que Elifaz relata en el libro de Job. Por lo tanto, se trata de otra cosa, otro fenómeno, otra situación diferente.

Esa referencia del Antiguo Testamento no sólo nos muestra un ejemplo de gran antigüedad de este tipo de fenómenos, cómo se comentó, sino que al ser la única que puede reconocerse en toda la Biblia, traduce la poca atención que la Palabra de Dios pone en estos eventos. Eso incluso podría sugerir que, independientemente de que hombres antiguos o modernos lo interpreten como una experiencia sobrenatural, bien podría ser otro fenómeno natural más, originado en los intrincados caminos de la mente humana, incompletamente conocidos aún. El hecho de que el fenómeno predomine en la infancia y adolescencia, desapareciendo en la mayoría de las personas poco después de los veinte años, está a favor de una interpretación natural. En cualquier caso, no podemos dogmatizar en cuanto a si estos fenómenos son naturales o paranormales, y no lo haremos. Sabemos y conocemos, sí, lo desagradables que son, el sobresalto y el miedo que provocan, la urgencia por poder moverse, la desesperación por hablar, gritar, conjurar lo más rápido posible las visiones y las presencias amenazantes, el clamor agónico a Dios desde lo profundo de la mente como único recurso para que todo eso desaparezca lo antes posible. No se siente bien irse a dormir cada noche, preguntándose si ese día volverá a suceder, si otra vez la paz y la calma del reposo nocturno se verán alteradas por la llegada de un indeseado visitante, sea surgido de un mundo sobrenatural terrorífico, o de nuestra propio subconsciente.

Entonces volvemos a sorprendernos, cuando encontramos en la Biblia palabras inspiradoras de confianza a la hora de sumirnos en el sueño (En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado; Salmo 4:8), así como al salir del mismo (Yo me acosté y dormí, y desperté, porque el Señor me sustentaba; Salmo 3:5), las cuáles nos aseguran que Dios está sobre todo, velando por nosotros, por nuestra paz y serenidad. Y otro salmo nos habla también de esto, y es justamente aquel que mencionamos al principio: el salmo 91; como dijimos al inicio, el gran ausente de las películas de terror, el canto del Salterio hebreo que nos asegura que ni las fuerzas de este mundo, ni mucho menos los poderes de las tinieblas derrotarán definitivamente a los escogidos de Dios. El salmo 91 dice enfáticamente a quienes se refugian en la fe y confianza en el Altísimo: “no temerás el terror nocturno” (no temerás los miedos de la noche); y también dice: “Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.  Me invocará y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y lo glorificaré. Lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación” (vs. 14, 15).

Quién quiera dormir en paz, sin sobresaltos ni aprensiones, quién quera no temer los miedos de la noche, ponga su fe, su esperanza y amor en Jesucristo.

Adaptado del artículo homónimo publicado en iglesiaenmarcha.net, en setiembre de 2012

* Dr. Alvaro Pandiani: Columnista de la programación de RTM en el espacio “Diálogos a Contramano” que se emite los días martes, 21:00 hs. por el 610 AM. Además, es escritor, médico internista, profesor universitario y ejerce el pastorado en el Centro Evangelístico de la calle Juan Jacobo Rosseau 4171 entre Villagrán y Enrique Clay, barrio de la Unión en Montevideo.

9 Comments

  1. Gabriel dice:

    Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Mateo 28:18
    Considerando que ninguna situación le es ajena al control de nuestro Señor, dificil es saber el significado, más allá del augurio.
    En el caso de Elifaz consideremos el contexto:Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano(referido a >Job)
    A Daniel le fue necesario que el ángel Gabriel, no sin antes pasar dificultades :” Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.”
    Visto que tenemos toda la revelación de la Biblia más el Espiritu Santo morando en el cristiano, el consejo ultimo de Pandiani es el adecuado en una situación de ésta índole: Orando para que Dios nos proteja y fortalezca, que quizás ese haya sido el motivo que Dios pretendió, sin dudas.

  2. Vale dice:

    Buenas noches; soy vale de piria yo soñé a mi hermana con los ojos rojos era talmente el demonio y me desperté gritando dios gracias.

  3. Doris dice:

    Yo vi la Virgen Maria en una nube blanca, nada habló solo x los pies de mi cama y nada de miedo me causó, volvi a dormir tranquila ya que mi esposo no miro nada. No creo en cosas raras pero me paso y es mi gran verdad. Fui catolica pues igual la vi yo pues vivo total sola y miedo x ahora nada, solo Dios aqi en paz no tengo miedo x q paso eso no lo se hace anos ya p no olvido jamas total paz.

    • Álvaro Pandiani dice:

      Doris, usted compartió esta misma experiencia en el foro del artículo La fe flotando. Me remito a lo que le contesté en esa oportunidad.

  4. Lourdes dice:

    A mi no me paso,pero a un familiar si.yo creo que eso de ver espiritus lo experimentan personas que viven pendientes de la iglesia o templo y viven una lamentable irrealidad.yo no creo ni en ovnis ni fantasmas,eso es para mentes debiles que lamentablementde son carnada en un mundo que avanza cruel pero avanza.

    • Álvaro Pandiani dice:

      Lourdes, bienvenida. Su aporte es valioso como el todos los y las oyentes.
      Sin embargo, su postura es cuestionable por la forma en que discrimina negativamente a los creyentes y a quienes hayan vivido experiencias perturbadoras como las descritas en el artículo. La ligereza con manifiesta desdén hacia los creyentes al calificarlos como “mentes débiles” y decir que viven en “una lamentable irrealidad” es, en el mejor de los casos, muy criticable
      Tal vez lo que le hizo falta fue escuchar – o leer – atentamente el tema, pues nunca se dijo que estas cosas les sucedan a quienes “viven pendientes de la iglesia o templo”.
      Además, ningún creyente cristiano cree tampoco en ovnis ni en fantasmas. Tal vez se refiera a lo que dijimos en el programa acerca de que esas son las interpretaciones de los fenómenos de los que hablamos. Pero esas interpretaciones las dan, justamente, personas que no “viven pendientes de la iglesia o templo”. Tal vez, personas como usted.
      Es muy feo hablar desde la ignorancia y la intolerancia, Lourdes. En este sitio web y en Transmundial no hacemos eso. Espero que recapacite.
      Dios la bendiga.

  5. elrusoperes dice:

    Estimado José, creo que lo que contás coincide con lo expuesto, sobre todo la experiencia que se cita acerca de Elifaz, y la voz nocturna que le dijo: ¿Será el mortal más justo que Dios? ¿Será el hombre más puro que el que lo hizo?, según lo que se lee en la Biblia.
    Sea esto producto de algo maligno que te acecha en la noche, o sea provocado por tu propia conciencia y una mala pasada de tu mente, me parece que lo que tenés que hacer es confesar tus pecados a Dios, rendir tu vida a Cristo, y confiar en el perdón completo y total de tus pecados, si te arrepentiste de corazón. Y luego, tenés que disponer tu corazón para seguir a Cristo, y en cuanto al sueño, ampararte en la protección de Dios. Como dice el salmista: En paz me acostaré, y asimismo dormiré, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado. Que esa certeza de paz sea tu confianza.
    Un abrazo, y Dios te bendiga.

  6. Jose Vergara dice:

    ESTABA BUSCANDO UN ARTICULO RELACIONADO JUSTAMENTE CON UN SUEÑO QUE TUVE EN LA FECHA 26/02/2014 EN LA MADRUGADA CUANDO PUDE DESPERTAR DE ESTA PESADILLA TRATE DE DORMIR NUEVAMENTE PERO NO SENTIA MIEDO SI NO QUE CERRABA LOS OJOS Y ERA COMO SI VOVIERA A ENTRAR EN EL MISMO SUEÑO; NO ES PRIMERA VEZ QUE SUEÑO CON UNA ESPECIE DE NUBE NEGRA O HALGO COMO HUMO Y ES QUE CUANDO INTENTO MOVERME NO PUEDO EN ESE INSTANTE PIENSO EN DIOS E INCLUSO UNA VEZ EN MI SUEÑO REZE EL PADRE NUESTRO PARA PODER DESPERTAR DE LA PESADILLA QUE SENTIA QUE ME QUERIAN ARRASTRAR Y PUES ESTA VEZ FUE MUCHO MAS FUERTE PORQUE EN MI SUEÑO RECUERDO QUE ME HABLO UNA VOZ MUY FEA COMO MALIGNA DICIENDOME: COMO PRETENDES SER HIJO DE DIOS SI VIVES EN PECADO Y LA VERDAD SI CREEP EN DIOS PADRE TODOPODEROSO EN NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y ESE SUEÑO ME DIO COMO A ENTENDER QUE ME E ALEJADO DE LOS CAMINOS DEL SEÑOR…. EN FIN QUISIERA SI PUEDEN RESPONDER A MI CORREO A VER MAS O MENOS SABER DEL PORQUE DE ESTOS UEÑOS NO ES MUY REPETIDO PERO CUANDO TENGO ESTE TIPO DE SUEÑOS APARECE COMO UNA ESPECIE DE NUBE O HUMO NEGRO Y CUANDO INTENTO MOVERME NO PUEDO Y LOGRO ZAFARME AL ACORDARME Y PEDIR A DIOS

  7. temis novo dice:

    Resulta muy aclarador digamos que nos permite darle un enfoque cristiano a los sueños que puedan perturbarnos.Como bien lo dice,antepongamos al Sr. en nuestros sueños. Quiero significar que frente a esos perturbadores sueños,oremos a Dios en cuanto nos sea posible para obtener su paz y su confianza.

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