El fuego eterno
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Hogar sin hijos
17 enero 2023
Lectura: Juan 14
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.” v.2
Años atrás perdí a mi papá; más o menos un año después de su partida mi madre me confesó que por circunstancias de la vida antes de conocerlo, él había tenido una niña, pero ésta había fallecido siendo muy pequeña. Toda mi vida había creído que estaba solo, por ser hijo único, pero la realidad es que, sí tuve una hermana, aunque nació y murió antes de que yo lo hiciera, en algún momento ella existió. Muchas veces me he ido a dormir pensando en esto, años después mi madre también falleció, así como otros miembros cercanos de mi familia, esto hizo que muchas cosas cambiaran.
Aunque han pasado muchos años aun siento la falta de mis padres y otros familiares, la llegada de la muerte es muy dura, muy difícil, ya sea que se presente rápidamente o lo haga con lentitud después de un largo proceso, enfrentarla no es algo fácil. Es quizás una de las cosas más difíciles que tenemos que enfrentar como seres humanos.
La esperanza de la vida eterna, la confianza y creencia en Dios, me hace ver las cosas de una forma diferente, ahora pienso que mi familia simplemente se ha trasladado. Desconozco cómo será la vida en el cielo, pero mi esperanza es poder ir y encontrarles al llegar, me gustaría poder abrazarlos otra vez. Comprendo que será diferente, pero en mi corazón siento que Dios comprende la importancia que le damos a la familia, la muerte es solamente una transición, pero llega cuando menos la esperamos.
Francisco Franco, Honduras
Sirva a Dios ahora que hay tiempo