Los niños no están a la venta

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Parte 1:

Parte 2:

Por: Ps. Graciela Gares

El pasado 4 de julio se estrenó en los Estados Unidos, la película titulada “Sound of Freedom”, que aborda el muy lucrativo negocio del tráfico de niños para explotación sexual. El cine es un “arma poderosa y masiva de inspiración e instrucción” y en ocasiones suele ser puesta al servicio de causas muy nobles, según su productor, Eduardo Verástegui.

La película está basada en una historia real, la de Tim Ballard, un ex Agente de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que dejó su trabajo en el gobierno para sumergirse en el submundo del tráfico sexual de menores a lo largo de Latinoamérica, intentando rescatar a cientos de niños. El filme recién estrenado ha logrado recaudar más de US$45 millones, siendo número 1 en ventas en los primeros días de exhibición, no obstante, la ausencia de marketing por falta de presupuesto.

La producción comenzó hace 8 años y debió suspenderse durante la pandemia. Felizmente llegó el día de su estreno, a salas llenas. A pesar de la dureza del tema que aborda, esta obra se ha convertido en un éxito de taquilla. Figuras de la industria del cine, de la talla de Mel Gibson, la han recomendado.

La película comienza cuando un padre, engañado, lleva a su hijo pequeño (de 7 años) y a su hermana adolescente (11 años) a un presunto casting y cuando regresa a buscarlos habían desaparecido del lugar sin dejar ningún rastro. Desesperado, el hombre corre a denunciar el hecho buscando ayuda y allí da inicio la trama de la búsqueda.

Un agente de la policía estadounidense, especializado en tales delitos, emprenderá el intento de rescate que lo llevará fuera de las fronteras de su país. En cierto punto, deberá detenerse ya que las leyes de su nación de origen (EE.UU.) no le amparan en el extranjero y ese agente debe decidir si abandona al padre en su angustia y a los niños a la suerte que le deparen los delincuentes, o sigue solo la búsqueda sin apoyo de ninguna organización que lo financie y proteja. Y allí comienza su odisea, que en este caso, felizmente tiene un final exitoso. Tras rescatar al hermano menor de unos despiadados traficantes de chicos, el ex agente federal se entera que la hermana del niño, sigue cautiva en algún lugar y decide embarcarse en una peligrosa misión para encontrarla, adentrándose para ello en la selva colombiana.

Si bien se hace alusión continua a los delitos de trata de menores, prostitución infantil y tráfico de órganos, no existe ninguna escena morbosa o de excesiva crueldad, donde se expliciten tales prácticas o que hiera fuertemente la sensibilidad del público. El objetivo es demostrar fehacientemente, en base a un hecho real ocurrido, que tales prácticas aberrantes existen hoy día en diversas partes del planeta, sin exhibirlas.

¿Por qué se hizo la película? “Las películas mueven corazones”, dice el actor y productor mejicano y ésta se hizo para abrir los ojos del mundo, crear conciencia y combatir el delito de la explotación sexual infantil. “Los niños de Dios no están a la venta”, es una frase que se repite en este film filmado en Colombia.

En EE.UU. desaparecen 400.000 niños al año según datos de organismos oficiales de ese país, según relató Verástegui en una entrevista, agregando que Estados Unidos produce, vende y consume mucho porno en internet, ya que abundan los adictos al sexo en ese llamado “Primer Mundo”. En cierto país de Centroamérica, bajo la fachada de un orfanato, funcionaba un prostíbulo infantil. Muchos padres en el mundo han perdido hijos sin volver a verlos nunca más por el tráfico inmoral de menores y esto ocurre en todas las sociedades.

Este negocio se sostiene porque hay consumidores que demandan este tipo de servicios infames.

La corrupción moral lleva hoy día a personas de solvencia económica a viajar a otros países para tener sexo con menores, en el llamado turismo sexual, donde les son ofrecidos en alquiler niños y adolescentes durante un fin de semana. Asimismo, el consumo de pornografía infantil no para de crecer y se incrementó exponencialmente durante la pandemia.

El sexo, – ese potencial de vida diseñado por Dios -, viene siendo distorsionado y tergiversado por mentes perversas, para ofrecerlo como parte de la oferta turística y también para la creación de pornografía, en una industria que compite en ganancias con el narcotráfico. Éste es el crimen internacional con mayor crecimiento en los últimos tiempos, señalan sus productores.

A los lectores de la Biblia nos perturban mucho los relatos sobre Moloc, el ídolo abominable del pueblo amonita (hijos de Amón), que exigía el sacrificio de niños que se quemaban en los brazos incandescentes de esa estatua (Levítico 18: 31; Amós 5:26).

El rey Salomón de Israel, famoso por su extraordinaria sabiduría, sucumbió ante estas prácticas una vez que se apartó de rendir culto a Dios. En su juventud, al dedicar a Dios el templo de Jerusalén, Salomón había dicho: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón” (1 Reyes 8: 23). 1 Reyes 3: 27 relata un episodio en el que Salomón emplea la sabiduría recibida para impedir la muerte de un niño.

Pero pasado el tiempo la Biblia relata lo siguiente: “Ahora bien, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras. Además de la hija del faraón, se casó con mujeres de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y de los hititas. El Señor había instruido claramente a los israelitas cuando les dijo: «No se casen con ellas, porque les desviarán el corazón hacia sus dioses». Sin embargo, Salomón se empecinó en amarlas. En total, tuvo setecientas esposas de cuna real y trescientas concubinas. En efecto, ellas apartaron su corazón del Señor. Cuando Salomón ya era anciano, ellas le desviaron el corazón para que rindiera culto a otros dioses en lugar de ser totalmente fiel al Señor su Dios, como lo había sido David su padre. Salomón rindió culto …a Moloc, el detestable dios de los amonitas… El Señor estaba muy enojado con Salomón, porque su corazón se había apartado del Señor, Dios de Israel.” (1 Reyes 11)

Alguien extrapoló aquel holocausto infantil (niños ofrecidos en sacrificio a Moloc) a las prácticas actuales del aborto en distintos países latinoamericanos. Y habría que agregar el tráfico sexual de niños y el abuso sexual infantil (violencia sexual doméstica). Estos hechos que ocurren en las sombras han crecido mucho y muestran la degradación moral y espiritual de las sociedades en las que vivimos y su decadencia.

La prescindencia de Dios, el agnosticismo y el ateísmo, y las idolatrías actuales (materialismo, culto a la ciencia y la tecnología, ocultismo) conducen siempre a las sociedades humanas a la corrupción moral y sexual. La noche espiritual de nuestro mundo actual altamente tecnificado se iguala en prácticas degradantes de civilizaciones antiguas que Dios tuvo que destruir. Estamos, por tanto, expuestos al juicio divino.

Asistimos actualmente a la tergiversación de valores fundamentales: la infancia como un valor a cuidar y proteger, la sexualidad humana como un potencial al servicio del amor y la vida, y la espiritualidad y sentido de la vida. ¿Qué está bien hacer y qué está mal?

Se dice que se pueden medir los valores de una sociedad según como trata a sus integrantes más débiles: niños, ancianos y personas discapacitadas. Además de tomar conciencia de estos males de nuestra época, ¿qué podemos hacer tú y yo para proteger a los más desprotegidos?

No consumas pornografía infantil. Las imágenes que allí aparecen han sido tomadas de niños y niñas que podrían ser nuestros hijos, sobrinos o nietos si son captados por ese negocio perverso e inhumano.

Protege a tus niños del abuso sexual. Interésate activamente en todos los aspectos de la vida de tus hijos. Conoce a todas las personas (adultos y niños) con las cuáles él o ella se relacionan. Escoge bien quién los cuida en todo lugar (en tu casa, jardín de infantes, escuela o participando en fiestas). No subestimes ningún cambio de conducta o de carácter, o signos físicos que observes en ellos, investiga la causa. Motiva a tus niños para que con confianza te comenten cualquier experiencia que vivan, sea linda o fea.

Protege la pureza e inocencia infantil. Los padres deben revisar las aplicaciones y plataformas visitadas por sus hijos. Allí, los menores pueden contactar con depredadores sexuales (pedófilos), con identidades cambiadas, haciéndose pasar por niños, participando en juegos en línea con sus hijos y luego que entran en confianza podrían pedirles fotos personales donde exhiban sus partes íntimas.

En Jesús vimos el amor y cuidado de Dios hacia las criaturas pequeñas: “Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos.  Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.” (Marcos 10: 13 – 16)

Ps. Graciela Gares Participa en la programación de RTM Uruguay que se emite por el 610 AM – Columna: “Tendencias” – Lunes 21:00 h

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