El pensador
1 febrero 2019
Misericordia divina
6 febrero 2019
Lectura: Hechos 9:1 – 19
“El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este.” v.15
NI NI, esta es una expresión que aprendí y me llamó la atención, pues se refiere a jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni tienen planes para el
futuro. Qué triste ¿verdad? Estos jóvenes tienen muchos deseos de hacer algo grande en el futuro, pero en un futuro muy lejano; mientras tanto están dejando la vida pasar. Si se les pregunta que estudiarán, responden entre dientes (pues les da flojera hablar): “Estoy buscando una carrera que no tenga como requisito matemáticas, química, física, literatura o historia; ¡Ah! Y sobre todo que no exija mucha lectura, porque eso me cansa mucho”. A todos se nos ponen los “pelos de punta” cuando escuchamos esas respuestas. El apóstol Pablo fue un “instrumento escogido” pararealizar grandes obras para Cristo y su iglesia: testificó ante reyes y gobernantes, escribió cartas doctrinales y de ánimo espiritual para los creyentes de todas las épocas; pero más que todo, su vida nos inspira a consagrarnos totalmente al Señor.
Era un hombre estudioso; fue discípulo de Gamaliel, un maestro respetado por su pueblo. Las exigencias de este “Doctor de la Ley” eran muy altas; así que Pablo tenía que esforzarse al máximo en sus tareas. La preparación práctica y teológica de Pablo empezó desde su juventud.
Muchos quieren emprender grandes obras para Dios, o tener puestos importantes en el trabajo o en la iglesia, pero no invierten tiempo en su preparación personal. Desperdician su tiempo pegados al televisor o al teléfono celular, y duermen de manera indisciplinada.
Freddy Barrón Tapia, Bolivia