¡Ha llegado carta!
12 enero 2018Crisis del modelo familiar
15 enero 2018Lectura: Romanos 12:1- 13:14
“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” v.21
Estuvimos considerando la importancia de marcar la diferencia como familias cristianas, en una sociedad en la que, cada vez más, valores como el respeto, la responsabilidad, el esfuerzo, la disciplina y la amabilidad, tienden a la extinción.
Le invito entonces, a la segunda secuencia de preguntas para el autoexamen. ¿He demostrado a mis hijos el valor de establecer metas y de esforzarme al máximo para alcanzarlas? ¿Les enseño el valor del respeto y la cortesía siendo amable y respetuoso con aquellos que me rodean; o trato con desconsideración y arrogancia a mi semejante? ¿Es la humildad una virtud que practico; o han aprendido de mí a opinar de lo que no sé, a creerme idóneo en todo y a pensar que nadie puede hacer algo mejor que yo? ¿Les he enseñado a ser diligentes en el cumplimiento de sus compromisos, cueste lo que cueste; o cualquier circunstancia se convierte para mí en una excusa para faltar a mis obligaciones? ¿Tengo una vida disciplinada y me sujeto a mis autoridades con respeto y buena disposición; o les muestro a mis hijos que no es importante obedecer y que no es necesario respetar los límites?
Quizás usted me preguntará si estas serían las virtudes más importantes para transmitir a nuestros hijos. Yo le diría que estas son solo el comienzo, y que si usted quiere extraer otras que le parezcan importantes, le ofrezco otro pasaje bíblico para ir: Efesios 6: 1- 9 y le invito a que comparta con otros sus conclusiones.
Nancy Rodríguez Antivero, Uruguay