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LECTURA BÍBLICA: LUCAS 10:25-37
“…y viéndole fue movido a misericordia…” v.33
La compasión es una virtud muy ligada a la misericordia y se manifiesta en circunstancias cuando el dolor y el sufrimiento llegan a la vida de una o varias personas que se encuentran en un estado de abandono y necesidades tales; que les resulta humanamente imposible levantarse y continuar por la vida.
Identificarse con el dolor de las demás personas y realizar un contacto directo y expreso es catalogado como la realización de la mayor entrega del amor de Dios y la ternura expresados en acciones concretas. En las relaciones humanas del día a día, la posibilidad de encontrarse con un caso real que amerite una intervención compasiva y misericordiosa es algo común.
¿Habrá que realizar grandes investigaciones para encontrar a personas y practicar el uso de una acción compasiva y misericordiosa con las mismas? No necesariamente. Bastará al igual que el relato de esta parábola de Jesús, caminar por una ruta en particular; una calle, un callejón o una avenida, como también haber recibido una información de quienes han visto el dolor y el abatimiento de gente que casi casi está muriendo, con heridas profundas que requieren ser curadas y hacerse cargo del costo en tiempo y en dinero.
Ser movido a la compasión y a la misericordia requerirá en primer lugar; ser una persona y estar viva, en segundo lugar ponerse en el lugar de quien sufre y sentir lo mismo y en tercer lugar dar de lo que se tiene o, movilizar las acciones para gestionar y servir. Algo que corona ser compasivos y misericordiosos, es el amor de Dios derramado en el corazón.
Bienvenida González, República Dominicana
¡Hoy es un buen tiempo para ser compasivos!
