Comentarios sobre la investigación con células madre – Parte 2

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Durante la administración de George W Bush, la investigación con células madre en Estados Unidos fue entorpecida desde el gobierno, según los detractores del ex mandatario norteamericano, por cuestionamientos religiosos (éticos en realidad, con base cristiana). La otra campana parece ser que, en realidad, la administración Bush estaba en contra de la experimentación con embriones, e insistía en que los excedentes de los mismos se destinaran a la adopción. Es muy interesante ver la estrategia utilizada por aquellos que resultaban perjudicados por las decisiones éticas de anterior presidente de los Estados Unidos, llamados en algunos artículos el “lobby de las embrionarias”, es decir, grupos económicos que habían encontrado en la comercialización de embriones humanos para investigación médica un muy lucrativo negocio. El argumento esgrimido era la crítica por oponerse al avance científico en nombre de la religión. Es cierto que este señor Bush tenía muchos puntos a criticar (invasión de Afganistán, guerra de Irak, políticas intervencionistas/imperialistas varias, y muchos etcéteras). Lo que a nosotros nos interesa considerar, como elemento a tener en cuenta, es la táctica utilizada por quienes se enceguecen con los “avances” de la ciencia (o con las ganancias en millones de dólares que algunos de esos supuestos avances suponen) mediante el recurso de denigrar toda argumentación ética basada en la moral cristiana, como producto de la “religión”. Eso hace que hoy en día oponerse o levantar una voz de alarma ante el “progreso” de las ciencias humanas, cuando dicho “progreso” supone una grave violación de la ética de la vida, basado en los postulados de una fe histórica como el cristianismo, sea políticamente incorrecto, mal visto socialmente, y académicamente, casi un suicidio.

El punto es que, a diferencia del aborto, la investigación con células madre y las perspectivas de tratar con la llamada terapia celular diversas enfermedades, hoy incurables y/o difícilmente manejables, hace que oponerse a la experimentación necesaria para el avance de este prometedor campo de las ciencias médicas, basándose en consideraciones éticas con base religiosa acerca de la vida del embrión (una “pelotita de pocas células”), parezca una pertinaz manía por buscarle la quinta pata al gato, frenando así el “progreso” que aliviaría el sufrimiento de muchísimos seres humanos.

Sin embargo, como ya mencionamos, el cuestionamiento ético que se le hace a la investigación con células madre y su aplicación a medicina humana, pasa por el uso de embriones humanos como fuente de obtención de las mismas, con la consiguiente destrucción del embrión. No se cuestiona el hecho de investigar con células madre, ni el intentar curar, o por lo menos tratar, numerosos males que infringen padecimiento y menoscaban la calidad de vida de las personas. No es oponerse porque sí, sino oponerse al atentado a la vida, cometido contra los embriones, e insistir en el uso de células madre de otro origen; concretamente, células adultas.

Por un lado está la posibilidad, todavía en desarrollo, de “reprogramar” genéticamente células adultas para que retrocedan al estadío embrionario, obteniendo así células embrionarias a partir de un individuo adulto; uno de los científicos autores de este logro, el japonés Shinya Yamanaka “Revolucionó en noviembre de 2007 el mundo de la investigación sobre las células madre con su hallazgo y dejó obsoleta la vía que permite la manipulación y destrucción de embriones para conseguirlas. Shinya Yamanaka y su equipo consiguieron obtener células pluripotenciales a partir de células adultas” (www.forumlibertas.com/frontend/…/noticia.php?id). Es interesante, y muy significativo, conocer qué impulsó a este investigador a buscar otra fuente de células troncales; dice en el mismo artículo: “Cuenta Yamanaka que se decidió a buscar técnicas alternativas para la obtención de células madre el día en que, observando un embrión a través del microscopio, le pareció ver a sus propias hijas reflejadas en el mismo” (op. cit.). Sin intención de caer en sensiblerías, resulta realmente conmovedor; sería interesante saber qué opina aquella lectora que citamos en la entrega anterior de estos Comentarios.

Además de una posibilidad verdaderamente revolucionaria como esta, hay grupos que trabajan desde hace años en terapia con células madre adultas, obtenidas de la médula ósea, “… material blando esponjoso que se encuentra en el interior de los huesos. La médula ósea contiene células inmaduras llamadas células madre hematopoyéticas formadoras de sangre” (Novoa JE, y col, Terapia Celular en el Siglo XXI; Oficina del Libro FEFMUR; Montevideo; abril de 2008; Pág. 11). En esta publicación nacional, que presenta el tema y los trabajos de un grupo uruguayo-mexicano abocado a la terapia celular con células madre hematopoyéticas (adultas), también leemos: “… una nueva rama de la medicina denominada medicina regenerativa… se sustenta en la terapia celular, en la administración de elementos subcelulares y en la ingeniería de tejidos, conductas usadas para reemplazar por células sanas a las células dañadas” (Pág. 31); más adelante en el mismo capítulo Medicina Regenerativa, continúa diciendo: “… en los últimos años se ha realizado varios estudios que han aportado resultados sorprendentes pues sugieren que la potencialidad de algunos tipos de células madre adultas es mayor de lo que se pensaba, pues ellas han mostrado en determinadas condiciones, capacidad para diferenciarse en células de diferentes linajes” (Pág. 32); y ya sobre el dilema entre células madre adultas o embrionarias, encontramos afirmaciones como la siguiente: “las células madre adultas… muestran notable ventaja sobre las embrionarias pues su manipulación es más simple, pueden ser autólogas y por tanto no ocasionan trastornos inmunológicos, no presentan limitaciones éticas ni legales, ni tampoco se ha comprobado que produzcan neoplasias… las células embrionarias, cuya obtención y expansión son más complejas, tienen potencial inmunogénico por ser alogénicas, enfrentan problemas éticos y legales, y además tienen capacidad tumorogénica in vivo” (Pág. 33). Es decir, que las células madre adultas, en el caso de este grupo de trabajo obtenidas de médula ósea, tienen francas ventajas sobre las embrionarias: son más fáciles de conseguir y procesar; al utilizarse las propias células del paciente, no despiertan reacción de rechazo de parte de la inmunidad del mismo (no son atacadas y destruidas por las “defensas” del enfermo, como si se tratara de gérmenes); no producen la incertidumbre de una proliferación descontrolada, que lleve a que el implante celular culmine en un tumor maligno, matando al paciente, algo que todavía no puede preverse con las células embrionarias; y algo no menos importante, y que es nuestro tema: no conducen a la destrucción de embriones.

No obstante, el proyecto de ley del Parlamento Uruguayo sobre Obtención y Utilización de las Células y Tejidos Humanos incluyó las células madre embrionarias entre aquellos productos biológicos de origen humano a ser utilizados, entendemos que en investigaciones de medicina regenerativa, utilización que el citado proyecto de ley pretende regular, según puede leerse en el artículo 4 (Ámbito de aplicación).- La presente ley se aplica a todos los tejidos y células de origen humano incluyendo las células madre y progenitoras de sangre periférica, cordón umbilical y médula ósea; células y tejidos fetales y células madre adultas y embrionarias (www0.parlamento.gub.uy/htmlstat/pl/pdfs/…/D2009071625-00.pdf); (énfasis mío).

Este hecho no deja de ser interesante, si tenemos en cuenta que dicho proyecto de ley fue elaborado a instancias del Instituto Nacional de Donación y Trasplante. Según se puede leer en nota del diario El País del 28 de julio pasado, titulada Células madre: El Instituto de donación no pidió norma: “El Instituto Nacional de Donación y Trasplante -que promovió legislar sobre el uso de células de origen humano- no objeta que en Diputados se retire de una ley aprobada por el Senado el uso de células embrionarias y fetales, algo que no reclamó” (www.elpais.com.uy/…/celulas-madre-el-instituto-de-donacion-no-pidio-norma). En la misma nota Inés Álvarez, Directora del Instituto, “señaló que en su propuesta, el INDT manejó la opción de que el ámbito de aplicación de la ley “no alcance a los gametos, células embrionarias y fetales, por lo que la moción de excluir ese tema de la ley “no molesta en lo más mínimo ni levanta objeciones””. Este artículo del 28 de julio alude nuevamente al fuerte cuestionamiento del Instituto Arquidiocesano de Bioética, que había originado nota del mismo matutino con fecha 20 de julio. Esta aclaración del INDT es llamativa, pues nos permite saber que esta repartición, al promover que se legislara sobre el tema, no incluyó el uso de células embrionarias, lo que sí fue incluido por la Comisión de Salud del Senado al elaborar el proyecto de ley, pese a que, según afirmó la Directora Álvarez, la propuesta del INDT manejaba que las células embrionarias quedaran fuera del ámbito de aplicación. Es obvio que tanto en el INDT como en la Comisión de Salud del Senado Uruguayo conocen, y de sobra, el enfrentamiento ético que este asunto provoca. De modo que la interrogante que queda planteada es: ¿por qué los senadores de la Comisión de Salud incluyeron en el proyecto de ley un aspecto fuertemente controversial, que los especialistas en el tema habían excluido?

Con este interrogante en mente y antes de finalizar estos Comentarios sobre la investigación con células madre, vamos a traer nuevamente a la mesa dos preguntas que nos hacíamos hace un año, cuando hablamos de aquel 30ª aniversario de la primera fertilización in vitro:

1) ¿Son los grupos religiosos organizaciones retrógradas y oscurantistas, que por permanecer aferrados a normas morales obsoletas impiden el progreso del ser humano, como individuo y como especie?

2) ¿O son los científicos un estamento que en su afán por adquirir nuevos conocimientos (prestigio, poder, fondos), y por penetrar los secretos del universo (soberbia, omnipotencia del yo), no reparan en violentar la naturaleza, y juegan a ser Dios con otras personas?

Ampliando ahora con una tercera pregunta:

3) ¿Son los políticos una élite superior, nacida y formada para gobernar según sus propios criterios, ideas, principios y puntos de vista, que no necesitan ni deben reparar en las opiniones y principios, costumbres, tradiciones y creencias de los pueblos a los que representan, y que pueden incluso violentar aquello que los seres humanos consideran sagrado?

Dr. Alvaro Pandiani

3 Comments

  1. Ester dice:

    Los cristianos no somos obsoletos,nuestro Modelo es la Verdad ergo Jesucristo. La vida la da Dios y la quita Dios.
    Los científicos muchas veces juegan a ser Dios .Se sitúan en otro modelo , tienen otra visión y se arrogan un lugar que no les pertenece. No quiero decir con esto que niego la importancia de la investigación. Muy por el contrario la investigación produce conocimiento para el progreso pero hay límites. No se puede jugar con la vida sea un cigoto o un anciano pasando por todas las etapas.
    En cuanto a los políticos tb. se arrogan un lugar de toma de decisiones que como en éste caso( y en otros) queda claro deciden sin tener en cuenta la vida y lo sagrado de ésta( no se si queda claro)

    Por eso y por mucho más ya es hora de formar un COMITE ACADEMICO Y CIENTIFICO CRISTIANO que nos represente con posturas claras y proyectos concretos . Ya estoy orando.

  2. E.E.M dice:

    Como le va Doña Carolina,me pregunto porque se cambio el nombre,
    ya que su forma de escribir la delata.(tal vez le gusta mas Ester???)
    Con respecto al tema exelente,como siempre,y preocupante.
    para orar mucho;que unos pocos tomen tremendas desiciones,sin siquiera consultarnos,y se llamen nuestros representantes.
    y mas tremendo como lo dice el columnista jueguen a ser Dios,violentando todo lo sagrado Preocupante,muy preocupante.

  3. Ester dice:

    Muchas gracias!!!Me adelanté con las preguntas, la contestación ya estaba en el segundo prog. y en el segundo artículo.
    Sin lugar a dudas surgen muchas interrogantes más (felizmente) y es muy bueno. Orgullosa de que en mi país se esté investigando sobre la obtención de cel. madres de otra forma y ni que hablar de cómo Dios obró en el investigador japonés.
    Es increíble que la comisión encargada del tema no haya tenido en cuenta la opinión especializada que surge de la investigación in situ. Esto nos lleva a pensar intereses políticos y empresariales de la mano.

    Me pregunto que hace la Comunidad Cristiana Evangélica al respecto.
    Por un lado excelente actividad desplegada desde este blog y desde la radio. No será hora de formar un COMITE ACADEMICO CRISTIANO con formación en distintas áreas para hacer un estudio , seguimiento de éstas políticas y por ende realizar planteos concretos.Se que es complejo pero no imposible. No está en nuestra comunidad la cultura de la participación pero no será hora de ir propiciándola y fortaleciéndola. Ya se comenzó desde éste lugar , hay que continuar.

    Veo que seguimos siendo un espacio de RESISTENCIA cada vez más fortalecido con la oración diaria y continua.

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