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La gratitud a Dios
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LECTURA: 2 CRÓNICAS 25:1-16
“Hizo él lo recto ante los ojos de Jehová, aunque no de perfecto corazón.” v.2
¿Obedeces a Dios realmente con un corazón sincero? Quizá te ha pasado, que a los ojos de los demás has seguido las reglas, pero en tu corazón no hubo sinceridad en lo que hiciste.
El actuar así con Dios trae graves consecuencias. Pregúntate hoy con relación a seguir las reglas de Dios, ¿será que soy medio obediente? Pues, el rey Amasias de Judá, lo era; a la vista de los hombres parecía obediente, pero ante Dios nadie se escapa. Su corazón, nada sincero, lo llevó, como quizá a ti también, a la idolatría, es decir a quitar del primer lugar en su corazón a Dios y poner a otro.
De manera concreta, esto se evidencia no teniendo en cuenta o no dependiendo de Dios para cada asunto de la vida. Por más que te esfuerces, nada vas a lograr si Dios no es el primero en tu vida. Recuerda el verso 8: “en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar.”
Cuando Amasias reconoció esto obtuvo la victoria, pero, como algo descabellado e inverosímil, no adoró a Dios sino a los falsos ídolos de sus enemigos. Si tu obediencia no es total a Dios seguro eres un idólatra.
Haces cosas que parecen normales, pero ante Dios no son rectas, como el corazón del que no obedece, imitando, como Amasias, la actitud de rechazar el consejo de Dios y quedar en enemistad con Dios.
Hoy aún hay tiempo de amistarse con Él, de pedir perdón y escuchar Su reclamo de amor; de responder con arrepentimiento y obediencia total a Su Palabra.
Frankly Olaya Cárdenas, Colombia
Si no obedeces con sinceridad, acarrearas tu destrucción
