El retrato del hijo
26 diciembre 2017Año Nuevo
27 diciembre 2017Lectura: Deuteronomio 6:4-9
“Amaras a Jehová, tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas.” v.5
Una de las grandes preguntas de la gente respecto al amor; es, si este es un sentimiento o una decisión. ¿Y la respuesta suya, cuál será? Pareciera más fácil describir sobre las características del amor, que definirlo. En los años setenta, se hizo popular una expresión de la película Historia de amor: Amar es no tener que pedir perdón.
En todo caso, la acción de amar, nutre la relación con Dios y con el prójimo. Esta dinámica les da sentido a las personas para estar vivas y para realizar una cantidad considerable de funciones que le son favorables para una vida en plenitud. Vivir en relación con los demás es una tarea que por momentos o etapas de la vida, pudiera llenarse con dificultades. Entenderse en el matrimonio, acompañar a los padres, a los hijos, conservar la amistad con los amigos, tiene sus requerimientos. Por consiguiente, esta indicación de amar a Dios de manera total, realmente es retadora. Al decir de los especialistas en la construcción de casas sobre la base que sostiene el edificio, así lo es, el amar a Dios con toda el alma, corazón y fuerzas. Esta es pues la base sobre la cual se sostiene la vida de todo ser humano.
Cuan interesante será la decisión de responder a esta indicación: Amarás. Será una acción que saldrá de usted para Dios; es algo muy personal, otra persona no podrá sustituirle. La buena noticia, es la influencia que puede tener esta acción en la vida de las demás personas: aprender a amar profundamente a Dios.
Bienvenida González, República Dominicana