Ya no quedan héroes

Todos quedamos impactados con las 8 medallas olímpicas que Michael Phelps, el nadador estadounidense, obtuvo en los juegos de Beijing 2008. La figura del titán norteamericano llegó a ser un ícono para la gente joven que busca referentes en esta era del desencanto. Sin embargo, Phelps decepcionó a todo el mundo. La foto adjunta a esta nota, fue publicada por el medio británico News of the World, y circula ahora por Internet. En ella se ve al nadador estadounidense con los labios en un tipo de pipa transparente que puede ser usada para fumar derivados del cannabis, seguramente mariguana.

News of the World dijo que la imagen fue tomada en una fiesta realizada en la Universidad de Carolina del Sur el 6 de noviembre de 2008, casi tres meses después del gran éxito de Phelps en los Juegos Olímpicos de Beijing.

El nadador reaccionó a la publicación de la fotografía con un comunicado en el que reconoce su error y pide perdón públicamente. “Tuve un mal comportamiento, lo que lamento. Cometí un error”, dijo Phelps.
“Tengo 23 años, y pese a todo el éxito que he tenido en la piscina, actué de un modo juvenil e inapropiado, y no como la gente espera de mí. Por ello, lo siento. Prometo a mis seguidores y al público que no pasará de nuevo”, añade el texto.

Por su lado, el Comité Olímpico de Estados Unidos, manifestó su decepción con la conducta del deportista diciendo que: “Esperamos que establezca en el futuro el ejemplo que se espera de un gran campeón olímpico”. La nota agrega que “Michael es bien consciente de las responsabilidades que conlleva servir de ejemplo positivo para los demás, especialmente para los jóvenes. En este caso, lamentablemente, no ha cumplido con esas responsabilidades”.

El heroísmo perdido.

El caso de Phelps y el triste comunicado del Comité Olímpico de EEUU, demuestran que la gente está buscando en quién creer, “referentes”, o sea encontrar un ejemplo de vida que los motive a vivir con ideales, virtudes, objetivos y metas; aunque estas sean de corto alcance. Sin embargo, el nadador demostró que no era un semidios, sino un simple mortal con sus propias debilidades.

Para el habitante del siglo XXI, acostumbrado a la desmitificación y a la pérdida de las grandes utopías, no resulta sorprendente lo de Phelps. En este sentido una frase del comunicado del Comité olímpico es revelador. Dice: “aceptamos que nadie es perfecto. Esperamos que Michael podrá sacar lecciones de este incidente y avanzar en la dirección correcta”.

Resignación.

Sí, eso es lo que queda. Una resignada aceptación de que no hay modelos “perfectos” entre nosotros, y que ese ideal del Superman es pura ficción. Escuchaba hace poco a un joven futbolista al que le preguntaban quien era su “ídolo”, y contestaba que no los tenía, solo veía el estilo de algún jugador profesional con el cual se identificaba, pero sin comprometerse. Es por este desgaste y falta de liderazgo que se genera el descreimiento. Lo vemos en todas las áreas de la vida humana.

Ahora, ¿es justo exigirle a un muchacho de 23 años que juegue semejante rol y luego castigarlo por su incapacidad de llegar a un estado de beatificación cuando el mundo adulto que debería ser referente demuestra una gran hipocresía y falta de principios éticos y morales?

Construyendo modelos.

No creo que todo esté perdido en el ámbito de los referentes sociales e individuales.

Todos nacemos buscando esos modelos. Lo veo en mi hijo de 6 años, quien diariamente, me exige con su benevolente admiración, que me comporte como un referente ejemplar. ¡Pavada de responsabilidad! Tal vez no lo dice con estas palabras, pero su actitud hacia su padre en busca de alguien en quien creer, del cual imitar conductas, adoptar principios y una ética, lo demuestran claramente. Y quien escribe, traga saliva y le ruega a Dios misericordia con este pobre ser limitado al cual le falta mucho para llegar a ser un modelo “ideal”.

A pesar de no ser perfectos, y creo que los niños y jóvenes no piden seres perfectos en los cuales mirarse como espejo, es posible para el mundo adulto desarrollar los modelos a seguir.

El Apóstol Pablo le escribía a Timoteo: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.”

– Bien Pablo, es lindo decirlo, pero sigo insistiendo que “no somos perfectos”.
– Eso no es excusa Esteban, debemos de cualquier manera procurar con diligencia presentarnos a Dios aprobados, como referente que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
– ¿Y es posible eso?
– ¡Claro que si! Debes ser imitador de Jesucristo. Acuérdate de huir también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Así serás un modelo digno de confianza.

Mirando con esperanza al futuro.

Estamos en un momento crítico en que los héroes de carne tienen pies de barro. Es hora que los que miran a Jesucristo como el modelo del “nuevo hombre” multipliquemos sus valores y estilo de vida, demostrando que es posible creer y vivir con esperanza, sin terminar en la triste resignación del desencanto posmoderno.

Lic. Esteban D. Larrosa
Director – RTM Uruguay