Sacerdotes
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14 septiembre 2018Lectura: 2ª Corintios 3:12 – 18
“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” v. 17
El 18 de Septiembre de 1810, Chile logró su independencia del trono de España, con la celebración de la llamada Primera Junta Nacional de Gobierno, siendo el comienzo de la liberación de la corona europea para ratificar su plena libertad en el año 1818.
Don Bernardo O’Higgins Riquelme, hijo de un conde español y de madre chilena, fue el primer gobernante de este país y curiosamente, por razones que su padre no quería tener un hijo sin educación lo envió a estudiar a Inglaterra y, allí pasaron dos hechos que marcaron la vida del Padre de la Patria: una fue que conoció a Francisco de Miranda, el gran pensador de la libertad de América influenciando su pensamiento libertario en favor de las colonias americanas; y el otro hecho fue que el Libertador O’Higgins conoció en Inglaterra una familia Metodista que influenció su corazón con la Palabra de Dios.
El movimiento de libertad se logró con éxito con el inicio de la Patria Nueva, llamada Chile. Pero, la semilla del evangelio nunca se pierde para los que se salvan. O’Higgins en el año 1821, tres años de la Declaración de Independencia, recibió recomendado por don José de San Martín, al Profesor inglés Diego Thompson, un colportor de Sociedades Bíblicas que enseñaba a leer usando la Biblia como silabario. Lamentablemente este plan de Dios no pudo aplicarse por la intolerancia de la época. Desde este lugar del mundo un saludo fraterno a todos los creyentes en Cristo Jesús que han encontrado en EL la verdadera libertad.
Luis Canihuante, Chile