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Cristo y la cultura
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LECTURA: NÚMEROS 11:10-15
“Y oyó Moisés al pueblo que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda…” v. 10ª
El COVID lleva más de dos años en nuestras vidas y con las vacunas nos hemos relajado un poco más, sin embargo es muy común escuchar a personas discutir si deben o no vacunarse. Algunos argumentan que hacerlo es poner en duda el poder de Dios para protegernos, otros en cambio sostienen que vacunarse es una forma de poner en práctica el mandamiento de amar a tu prójimo como a ti mismo, porque cuidándonos cuidamos a otros.
Un virus más peligroso que el COVID está entre nosotros: la queja. A veces no nos percatamos de cuánto nos quejamos durante el día, por lo que nos preguntamos: ¿Existe una vacuna contra la queja?
En Números 11 el pueblo se queja porque esta hastiado de comer maná y quiere carne, usted podría pensar: “¡Que mal agradecidos!”, después de que fueron liberados se atreven a levantar una queja a Dios.
Pero todos hacemos lo mismo y a veces no nos damos cuenta; por ejemplo nos quejamos por levantarnos temprano para ir a trabajar, mientras otros caminan por horas en busca de un trabajo. Nos quejamos por los frijoles y el huevo cuando otros se mueren de hambre; nos quejamos por los zapatos mientras otros caminan descalzos o peor aún, no tienen pies.
Seguramente ya se ha dado cuenta que la motivación para estas quejas es la avaricia y posiblemente la envidia. La queja nace de la disconformidad y del resentimiento. Lo más peligroso de la queja es que busca compañía y su mejor aliada es la murmuración.
¿Cuál sería la vacuna contra la queja?: la gratitud. Un espíritu agradecido no tiene tiempo para quejarse mucho menos para murmurar.
Miriam Bermúdez, Honduras
Te invito a vacunarte contra la queja
