Una sociedad que respeta poco el sueño

“A través de la Biblia”
8 septiembre 2010
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9 septiembre 2010
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Por: Ps. Graciela Gares*

Estaríamos viviendo el período de la historia del hombre en el que se duerme menos.

El 30 % de nuestra vida debería estar destinado a dormir. No obstante, cada vez las sociedades post-modernas programan mayor número de trabajos a realizarse durante la noche, alterando el bio-ritmo y la calidad de vida de muchos individuos.

Hoy se habla de ciudades que no “duermen” nunca, como Las Vegas o Nueva York.

Pero lejos de constituir un avance de la civilización, ello está resultando en serios perjuicios para la salud y la vida de la gente pues el dormir no es una opción, sino una actividad de importancia primordial para mantener equilibradas las funciones vitales.

Empleados en tareas de vigilancia, en turnos rotativos de fábricas, en emisoras de radio o TV que trasmiten 24 hs., en auto-servicios o “mini-mercados de 24 horas”, personal de la salud, taxistas, camioneros y otros trabajadores se encuentran entre quienes sufren privación del sueño durante la noche.

Los efectos dañinos de la falta de un sueño adecuado son variados: ansiedad, obesidad, hipertensión, descenso de la inmunidad biológica, riesgo de infartos, propensión a accidentes de trabajo o de tránsito por disminución de los reflejos, bajo rendimiento intelectual, problemas de memoria, irritabilidad, depresión, necesidad de estimulantes en horas diurnas, alteración de la vida familiar y social.

El sueño tiene una función reparadora del organismo, la mente y las emociones de los individuos. Permite al organismo restaurarse fisiológica y neurológicamente, fortalece el sistema inmune, repone energías, elimina toxinas, consolida la memoria y los procesos creativos de la mente.

A modo de anécdota, interesa saber que muchas ciudades modernas han intentado paliar el déficit de sueño de su población, inventando los “siestarios”; estos son lugares donde se ofrece dormir una breve siesta luego del mediodía, en recintos ambientados con aromaterapia, y música que convoca al relax.

Obviamente, el servicio debe abonarse y a precios no muy accesibles.

Sin dudas deberíamos tomar conciencia que el descanso nocturno debe recuperar su lugar en nuestras vidas en esta era postmoderna, que privilegia la productividad por sobre la salud de los individuos.

Se dice que la oscuridad estimula la producción de melatonina en nuestro organismo, y esta hormona ayuda a consolidar el sueño. Por esta razón, el descanso en la noche suele ser más profundo y reparador que dormir de día.

Es evidente que un Dios sabio ha sincronizado nuestro cuerpo y su biología, con la naturaleza que El mismo creó.

Para volver a poner las cosas en su lugar es preciso:

–  Rescatar el lugar del descanso nocturno.

–  No subestimar la necesidad de un sueño reparador diario de 6 a 7 horas para el individuo adulto.

–   En quienes padecen insomnio, generar las condiciones para el descanso, mediante simples medidas de “higiene del sueño”:

–          No consumir estimulantes en horas previas al sueño: cafeína (té, café), mate, nicotina o drogas que fomenten el estado de alerta.

–          Reducir estímulos: luces, sonidos, TV en dormitorio.

–          Bajar el stress evitando los ejercicios violentos, las discusiones o el “buffet” de malas noticias de los informativos, en horas previas al sueño.

La Biblia trae a menudo el tema del dormir, por lo que inferimos que para Dios esto tiene que ver con el bienestar del ser humano sobre la tierra y Dios se cuida de ello.

Para quienes padecen insomnio, algunos impedimentos para el sueño pueden ser los siguientes:

Falta de paz interior:

Al respecto el salmista decía:

A su amado dará Dios el sueño. (Salmo 127:2)

Me acuesto y duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me da su apoyo. (Salmo 3:5)

Desconfianza y temores:

David y Salomón también hallaron en Dios el remedio:

Me acuesto tranquilo y me duermo enseguida, pues tú Señor me haces vivir confiado. (Salmo 4:8).

Cuando descanses, no tendrás que temer; cuando te acuestes dormirás tranquilo. (Proberbios 3:24).

Conflictos no resueltos:

Al respecto Pablo aconsejaba: “no se ponga el sol sobre vuestro enojo”. Efesios 4:26.

Preocupaciones materiales:

David pedía a Dios: “no me des pobreza….ni riqueza…” pues ambos extremos suelen perturbarnos.

Y escritor de Eclesiastés explicaba: “Al rico no lo dejan dormir sus riquezas”. (Eclesiastés 5:12).

Cultivemos entonces una relación estrecha con el sabio Dios que nos creó, la cual puede sanear nuestro espíritu y restablecer en nuestra vida la paz y el descanso que todos necesitamos.

* Ps. Graciela Gares – Participa en la programación de RTM Uruguay que se emite por el 610 AM – Columna: “Tendencias” – Lunes 21:00 hs.

2 Comments

  1. urcelina cabrera dice:

    Gracias por esta publicacion que me ha hecho ver que mi suen’o es valioso, y que no debo de temer a nada porque Dios esta conmigo, que debo dormir lo suficiente para poder tener una mejor salud, ya que ultimamente he tenido la presion alta y creo que ha sido por la falta de suen;o por los problemas familiares. pero Dios siempre esta de nuestro lado y no deja a su pueblo desamparado. Gracias una vez mas por la ayuda que nos brindan con todos sus contenidos, que Dios le siga bendiciendo rica y abundantemente para seguir constribuyendo a favor de los que necesitan consuelo y la palabra de Dios, porque ella es lampara a nuestro pies y lumbrera en nuestro camino, amen.

  2. Carlos González dice:

    Concuerdo totalmente con el contenido del artículo. Yo hace 8 años que trabajo de noche como guardia de seguridad, y puedo decir que ya sufro algunos de los efectos mencionados en el artículo, entre ellos la pérdida de memoria, lagunas mentales y disminución en mi rendimiento intelectual, lo cual para mí es muy serio, pues estoy haciendo la carrera de Contador Público.
    Realmente los que trabajamos de noche vivimos al revés de la mayoría de la gente. y en el caso de los que trabajamos como guardias de seguridad en Uruguay el tema es más indignante debido a que ni siquiera se nos paga la compensación por trabajo nocturno.
    Bendiciones gente, y sigan adelante, siendo instrumentos en las manos del Señor para bendecir muchas vidas.

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