El alma de la Navidad
19 diciembre 2017¡Albricias!
21 diciembre 2017
Lectura: Lucas 23:26 – 43
“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” v.43
Un domingo a mediodía, una joven llegó hasta un comercio de provisiones. En ese momento, entraban delincuentes a robar. Uno de ellos la hirió mortalmente y huyó. Este caso produjo conmoción en muchos ciudadanos que se lamentaban diciendo que la muchacha había entrado en el momento inoportuno. Esto me hizo recordar a quién sí estuvo en el momento oportuno. Cuando crucificaban a Jesús dos malhechores estaban a su lado. Las ejecuciones en la cruz eran comunes entre los romanos y estos dos hombres coincidieron estando colgados junto al Señor.
Lucas nos relata que mientras esperaban su final, y batallando con sus propios tormentos físicos, observaban a Jesús. Lo veían herido por tanto azote y sangrando en Su cabeza por la corona de espinas. Asimismo escuchaban las crueles burlas de quienes lo injuriaban. Pero también le oyeron proferir palabras de perdón y consuelo. ¡Algo inexplicable! No sé si ya le conocían, o si solo habían oído hablar de Jesús. Uno de los delincuentes, demostrando no entenderlo dijo: “Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros”.
El otro, aceptando que lo que estaba recibiendo era el pago por sus malas acciones, comprende que Jesús es de otra pasta y ningún mal ha hecho. No pide que lo libere. Solo aspira a que lo recuerde cuando venga en Su Reino. Entonces Jesús le confirma su petición diciéndole: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Este condenado, cuyo nombre desconocemos, aún al final de su vida encontró a su Salvador. ¿Ya se encontró usted con Él?
Alicia Ituarte, Uruguay