Tres lecturas de una canción

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Por: Dr. Álvaro PAndiani*

Hace pocos días se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de un ícono de la cultura pop del siglo 20, el británico John Lennon, uno de los fundadores y líderes de la mítica banda The Beatles, asesinado el 8 de diciembre de 1980, hace ya 30 años. Personaje polémico, Lennon fue considerado un genio musical; era además un pacifista a ultranza, y fue autor de una canción emblemática a favor de la paz, Give peace a chance (Dale una oportunidad a la paz), utilizada extensamente por los activistas por la paz, especialmente en esa época contra la guerra de Vietnam, a la que Lennon se opuso tan tenazmente, que el gobierno de Estados Unidos intentó deportarlo. Fue Lennon quién aseveró, allá por 1966, en un momento de gran popularidad de The Beatles, que ellos eran más famosos que Jesucristo, lo que generó (y sigue generando) tales reacciones y protestas, surgidas de diversas denominaciones cristianas, que se vio obligado en aquel momento a retractarse y pedir disculpas por lo dicho.

John Lennon fue también autor de la canción Imagine (Imagina), también de 1969, otra balada emblemática de una época y de una actitud ante la vida y la realidad mundial; de Imagine el propio Lennon dijo que se trataba de una canción “antirreligiosa, antinacionalista, anticonvencional, anticapitalista” (es.wikipedia.org/wiki/Imagine). Efectivamente, Imagine expresa ideas que tienen connotaciones políticas, morales e incluso espirituales. La espiritualidad de Imagine, sin embargo, es más bien difusa y humanista, compuesta por nociones generales acerca de la paz y la fraternidad universal. Definitivamente, no es una espiritualidad de orientación cristiana, y cabe acotar que Lennon se caracterizaba por tener una actitud entre indiferente y crítica para con el cristianismo. Esta canción, que sigue escuchándose en todas partes del mundo, entre otras cosas es el himno oficial de la organización Amnistía Internacional; en 1999 fue incluida entre las cien mejores canciones del siglo 20; en el año 2004 la revista Rolling Stone la colocó en tercer lugar entre las quinientas mejores canciones de todos los tiempos; también fue incorporada en una lista de canciones inapropiadas, luego de los ataques a las Torres Gemelas del 11 de setiembre de 2001; además, en el año 2006 salió como mejor canción de todos los tiempos en programa 20 to 1 de Nine Networks. Acerca de la influencia de Imagine podemos citar, como ejemplo, que fue incluida en la parte final de la película  Los Gritos del Silencio (The killing fields), ambientada en la última etapa de la guerra de Camboya; también, que el aeropuerto de la ciudad de Liverpool, Inglaterra, utiliza como lema el verso “above us only sky” (arriba de nosotros sólo el cielo), último verso de la primera estrofa de la canción; además, cuando en homenaje a John Lennon se construyó un mosaico en el Central Park de la ciudad de Nueva York, se grabó Imagine en el centro del mismo (fuente: Wikipedia).

La propuesta hoy es, no tanto escuchar esta canción tan famosa de este músico, desaparecido pero aún presente en la cultura musical a nivel internacional; sí detenernos en la letra de la misma, de la cual podemos hacer no una ni dos, sino hasta tres lecturas. Para empezar entonces, la letra de la canción, traducida al español:

Imagina que no existe el Cielo,

es fácil si lo intentas,

sin el Infierno debajo nuestro,

arriba nuestro, solo el cielo.
Imagina a toda la gente

viviendo el hoy…

Imagina que no hay países,

no es difícil de hacer,
nadie por quien matar o morir,

ni tampoco religión,

imagina a toda la gente

viviendo la vida en paz…
Puedes decir que soy un soñador

pero no soy el único,

espero que algún día te unas a nosotros,

y el mundo vivirá como uno.
Imagina que no hay posesiones;

quisiera saber si puedes,

sin necesidad de gula o hambre,

una hermandad de hombres.

Imagina a toda la gente

compartiendo el mundo.

Puedes decir que soy un soñador

pero no soy el único,

espero que algún día te unas a nosotros,

y el mundo vivirá como uno.

La primera lectura que se puede hacer acerca de la letra de esta canción es que parece  ser un mensaje sumamente positivo. La primera estrofa invita a imaginar un mundo en el que no haya “cielo” ni infierno; encima de nosotros solo el “cielo”, y en la tierra solo nosotros. Cabe aquí hacer la aclaración de que aunque en español la letra parezca contradecirse, eso es porque en inglés la primera vez cielo sale como heaven, es decir, el cielo de la religión, el paraíso, poblado por Dios y los ángeles, mientras que la segunda vez cielo sale en el original como sky, es decir, simplemente el cielo azul que vemos sobre nuestras cabezas, poblado por el sol, las estrellas, y  a veces las nubes. En otras palabras, la primera estrofa nos invita a imaginar un mundo en el que no hay nada que temer de parte de seres sobrenaturales que nos impongan mandamientos o nos amenacen con castigos, si no les obedecemos; un mundo en el que estamos solos nosotros, los seres humanos, para decidir qué hacer con nuestras vidas.

La segunda estrofa nos invita a imaginar a la gente viviendo el hoy, esto es, sin preocupaciones por el mañana, sin la ansiedad del futuro, que tanta incidencia tiene en amargar el corazón humano, robándole la capacidad de disfrutar de la vida. De ahí salta a imaginar un mundo sin países, clara referencia a las divisiones políticas que llamamos “estados”, y a la división de los pueblos que excita el nacionalismo. Nos dice que no es difícil imaginar un mundo sin naciones ni estados, es decir, un mundo en el que todos los seres humanos vivan como hermanos, como miembros de una única familia. De ahí pasa a sugerirnos que no haya nadie por quién matar o morir, es decir que no haya personas por las que ejercer violencia contra otros; ni líderes políticos, ni tampoco líderes religiosos. Y tampoco, íconos religiosos que exciten al fanatismo y la violencia, lo que se confirma por el siguiente verso, que es el que quizás más rechine a los creyentes en alguna religión, junto con la primera estrofa: ni tampoco religión. Luego, invita a imaginar a todos viviendo en paz, en un mundo sin guerras; indudablemente, un mensaje muy positivo.

A continuación tenemos el estribillo, en el que Lennon reconoce que el oyente puede tomarlo por un iluso, alguien que se refugia en un mundo de fantasía, e indudablemente las propuestas de la canción, bien que positivas, son utópicas en el actual estado de la civilización humana. Pero él afirma no ser el único, e incluso ensaya un tenue proselitismo para su causa (y para Lennon el activismo por la paz era una verdadera causa) al decir espero que algún día te nos unas; y ambas cosas también tienen el efecto de dejar una impresión positiva, pues parece decir: “no somos pocos y podemos ser más si te acercas”, para avanzar hacia el objetivo de el mundo viva como uno.  La siguiente estrofa, un poco más larga, nos invita a imaginar un mundo sin posesiones. Un buen mensaje también, pues un mundo sin propiedad privada por la cual luchar para defender o conquistar, sería un mundo sin egoísmo ni codicia, ni tampoco violencia; o tal vez no. Aunque Lennon dijo que Imagine era su “Manifiesto Comunista”, cabe preguntarse si verdaderamente el que nadie tenga posesiones erradicaría el carácter mezquino y ambicioso de los seres humanos, y lograría la tan ansiada justicia social. El autor parece comprender este punto, pues agrega su deseo de saber si el que oye puede imaginar tal cosa, no tener hambre, pero tampoco tener “gula”, es decir, codicia; simplemente ser todos hermanos, como ya destacamos un par de veces, y compartir el mundo entre todos. Hasta aquí un breve comentario de la letra de esta canción, como dijimos con un mensaje muy positivo, e indudablemente necesario y actual, lo que unido a una hermosa melodía, catapultó a Imagine a la inmortalidad, por lo menos en lo que a la cultura pop se refiere.

La segunda lectura de Imagine que proponemos es un poco más crítica, en lo que al mensaje contenido en la canción se refiere. Cabe aclarar que no solo de filas del cristianismo surgieron estas críticas, pues se cuenta que la alusión a no tener posesiones recibió en su momento algunos reproches de diversas personalidades, quienes comentaron mordazmente que eso lo decía un “multimillonario”. A esto, John Lennon contestó como defensa que él ya estaba inmerso en ese tipo de vida, de la que no era fácil salir (fuente: Wikipedia). Indudablemente, este apóstol de la paz era un hábil declarante, pues su respuesta a estas críticas fue presentarse como una víctima atrapada en un sistema que él ni había creado, ni aprobaba.

Pero las principales y más fuertes censuras al autor de Imagine provienen, por supuesto, de los cristianos. Es interesante que hasta el día de hoy pueda encontrarse en Internet multitud de artículos y foros que comentan y discuten la afirmación de John Lennon, hecha hace cuarenta y cuatro años atrás, respecto a que The Beatles eran más famosos que Jesucristo. Esa aseveración, condenada en su momento por el Vaticano y ahora perdonada por el papa Benedicto XVI, sigue siendo debatida entre cristianos y no cristianos, o ateos, u opositores al cristianismo; este hecho nos habla de la marca indeleble que este artista dejó en la cultura popular de la última parte del siglo 20. La afirmación de Lennon, que ha sido deformada llevándole a decir que The Beatles eran más grandes o mejores que Jesucristo, ha recibido diferentes calificativos: desde ofensa, pasando por burla, hasta blasfemia, siempre por parte de creyentes cristianos. Del otro lado, personas indiferentes u opositoras a la religión cristiana aducen que Lennon tenía razón; incluso, si hubiera dicho que él era más grande que Jesús. Por supuesto, estas estupideces propias de adolescentes inmaduros, fanáticos de su ídolo musical, no merecen más comentario. Sí lo merece la racionalización de la expresión, siempre justificando a John Lennon, que ensayan quienes dicen que, en su momento de mayor popularidad, The Beatles eran efectivamente más populares que Jesucristo, por ejemplo en la India, donde el cristianismo prácticamente es desconocido, o lo era hace cuarenta años. Esta barbaridad impregnada de ignorancia sale en varios foros, aparentemente de la misma fuente, y no puede quedar sin respuesta, pues no solo desconoce que el cristianismo ha estado presente en la India desde el siglo I de la era cristiana (y en la China, que también se menciona en los foros, desde el siglo VII después de Cristo), sino que a ese gran país asiático llegaron misioneros católicos a partir del siglo XVI, y misioneros protestantes desde finales del siglo XVIII. Si bien es cierto que en la India el cristianismo nunca pasó de ser una minoría, es una auténtica exageración decir que allí prácticamente no se conoce; más aún, cuando en Internet circulan desde hace años noticias, y videos en youtube, sobre las terribles persecuciones contra los cristianos indios, en la provincia de Orissa. ¿A quién persiguen los hinduistas, si el cristianismo prácticamente no es conocido allí?

Pero volviendo a Lennon, y aunque en esos foros algunos más centrados minimicen lo dicho por él, aduciendo que eso no afecta para nada a Jesucristo, por muy genio que el músico británico haya sido, no cae simpático a los cristianos por esto, y por otras cosas más. Por ejemplo, y yendo al tema del que venimos hablando, la canción Imagine, la cual nos propone la visión de un mundo con un cielo sin Dios y una tierra sin religión; por lo tanto, una vida con paz y hermandad, pero sin fe ni esperanza, y sin el contenido espiritual más sustancioso y sólido dado por el amor a Dios, la lealtad a Jesús y el genuino espíritu de amor y servicio que debería caracterizar a los auténticos seguidores de Cristo.

Pero como dijimos al principio, es necesario que hagamos una tercera lectura de la letra de esta canción, y esa tercera lectura surge de la segunda y debe movernos a la reflexión a quienes somos cristianos. Quizás lo mejor sea iniciar esta reflexión final con una pregunta: ¿Por qué John Lennon imaginó su mundo ideal sin Dios ni religión? Tal vez se nos pueda contestar, apresuradamente, que se trataba de un ateo, un tipo que odiaba la religión y al que la fe le era indiferente en el mejor de los casos, y en el peor, una debilidad a ser extirpada. En verdad, él no fue un dechado de virtudes cristianas; él mismo confesó que, en la época de mayor éxito con The Beatles, durante sus giras sus piezas de hotel les esperaban llenas “de mujeres y de drogas” (alguna revista musical que leí en mi juventud es la fuente bibliográfica de esto; no recuerdo cuál). Pero también es cierto que con el paso de los años él evolucionó hacia el desarrollo del interés por temas más humanos, como la paz y la fraternidad, e incluso hacia una cierta espiritualidad; aunque, como ya aclaramos, su espiritualidad no pasaba ni de cerca por el cristianismo. Tal vez se nos pueda preguntar por qué importa tanto lo que John Lennon haya escrito o no escrito en la letra de Imagine; yo creo que importa por algo que ya mencionamos: la huella que él dejó en la cultura contemporánea, y la influencia que sigue ejerciendo en incontables personas que hasta el día de hoy escuchan sus canciones, y le continúan idolatrando. Y aunque el alma de Lennon hace treinta años que pasó a estar definitivamente más allá del alcance del mensaje del evangelio, las multitudes que aún le tienen por un grande sí están al alcance de ese mensaje, mensaje que necesitan, como toda alma perdida de este mundo.

Pero por encima de todo, a mí me interesa por qué John Lennon imaginó su mundo ideal sin Dios y sin religión, porque eso pudo haber sido consecuencia de la imagen que de Dios y la fe cristiana le ofrecieron los representantes de esa fe con los que tuvo contacto durante su vida. Tal vez simplemente repudió el cristianismo en forma consciente, porque sus apetitos le condujeron por otro camino, y ahora estará recibiendo el resultado de sus elecciones morales; pero tal vez la imagen del evangelio cristiano que recibió fue mala, por lo que imaginó otro mundo, y en éste, la fe en Dios no tenía cabida.

Y tal vez, lo que John Lennon imaginó, lo imaginen otros muchos, que reciben una imagen no adecuada de la fe; una imagen que no se corresponde con el verdadero evangelio de Jesucristo, que tanto necesitan todos los que no conocen a Jesús, ni el perdón de sus pecados.

Por eso me pareció pertinente que hoy comentáramos la canción Imagine, y las tres lecturas que de su letra es posible hacer.
* Dr. Alvaro Pandiani: Columnista de la programación de RTM en el espacio “Diálogos a Contramano” que se emite los días martes, 21:00 hs. por el 610 AM. Además, es escritor, médico internista y profesor universitario

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