RELAJO SIN ORDEN – 1era Parte

“Los Grandes Temas”
11 agosto 2014
“A través de la Biblia”
12 agosto 2014
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Por Dr. Alvaro Pandiani

Todavía recuerdo cómo se lamentaba un viejo pastor, hace años ya, diciendo que hay grupos de evangélicos que consideran que, en un barrio, “la obra de Dios no está hecha, hasta que ellos llegan”. También recuerdo a otro pastor contando que, cuando era diácono de una iglesia perteneciente a (DENOMINACIÓN GRANDE, NUMEROSA, INTERNACIONAL), su pastor le decía que, cuando buscara barrios dónde establecer células o anexos de la iglesia “se fijara si cerca había alguna otra iglesia (evangélica)”.Si la había, debía observar si era una iglesia de (DENOMINACIÓN GRANDE, NUMEROSA, INTERNACIONAL), en cuyo caso, allí no debía establecer el anexo; pero si era “alguna de esas iglesias chicas” (¿independiente? ¿nativa? ¿no afiliada a DENOMINACIÓN GRANDE, NUMEROSA, INTERNACIONAL?), que igual le pusiera el anexo al lado. No importaba.El cristianismo es heterogéneo en la forma en que sus seguidores entienden, viven y manifiestan su fe. Que duda cabe. Diferencias de doctrina y de liturgia han distanciado a los cristianos casi desde el inicio de la Era de la Iglesia. Diferencias que han parecido, y siguen pareciendo, tan importantes o más que el amor y las exhortaciones a la unidad contenidas en el Nuevo Testamento, expresadas por Cristo y sus apóstoles. Diferencias que han hecho incompatible la referida unidad, o aún el considerar verdaderos cristianos a “los otros”. Sin olvidar que en el Catolicismo Ortodoxo existe cierta diversidad, y que dentro de la Iglesia Católica Romana hay grupos disidentes, es innegable que el Protestantismo es la rama histórica más multiforme del cristianismo. Es que el Protestantismo se nutre y enrarece con cuanto movimiento nuevo, pretendidamente cristiano, aparece en el “mercado de ofertas” religioso, siempre que dicho movimiento nuevo no cumpla criterios de doctrina, liturgia o estructura que lo encuadre dentro de una de las Iglesias Católicas históricas. El Protestantismo parece una enorme bolsa, donde se amontona todo lo no católico.

La Iglesia Evangélica, escrita y expresada así, con mayúsculas y en singular, es un sueño, el anhelo esperanzado e idealizado de una unidad orgánica, lo más perfecta posible, entre todos los que predican la “verdad de Cristo”; es decir, entre los grupos cristianos que sustentan los grandes principios de la Reforma Protestante del siglo XVI: sola fide, sola gratia, sola scriptura (la salvación solo por la gracia de Dios; recibida solo por la fe en Cristo; solo las Sagradas Escrituras de la Biblia como guía de fe y conducta).

Ahora bien, la Iglesia Evangélica es en realidad las Iglesias Evangélicas; un abigarrado conjunto de denominaciones que se distinguen a veces en el entendimiento y puesta en practica de determinados puntos doctrinales que podrían considerarse secundarios (por ejemplo, las diferencias de concepto en cuanto al alcance de la manifestación de los dones del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia, existentes entre conservadores y renovados). Las Iglesias Evangélicas han mantenido estas diferencias por largo tiempo, al punto que grupos y aún organizaciones enteras se han distanciado, no teniendo comunión entre sí, ni mucho menos unidad orgánica, pese a ser evangélicas; es decir, pese a predicar a Jesucristo como único Salvador, y la salvación por la fe en Él, mediante la gracia de Dios, con la Biblia como única regla de fe y conducta. En otras palabras, todo aquello que distingue claramente a las Iglesias Evangélicas de las Iglesias Católicas, testigos de Jehová, Mormones, Ciencia Cristiana, Adventistas, y de grupos menores, pseudo evangélicos, de supuesta raíz pero dudosos frutos cristianos.

Es admirable el empuje de la mayoría de las Iglesias Evangélicas por predicar el evangelio, haciendo conocer la Palabra de Dios en nuestra sociedad, pese a la creciente secularización de la misma, y la oposición que despierta en sectores alejados de la religión. En casi todos los grupos denominacionales, iglesias y congregaciones, se considera un avance y un triunfo el hecho de habilitar nuevos locales de oración y predicación, sea como células de oración, anexos, o nuevas iglesias locales. La “nueva puerta” que (siempre se considera) fue “abierta por Dios”, es una victoria; una batalla ganada en esa obra, en esa misión, de lograr que la Palabra de Dios corra y sea conocida por todos los habitantes de la ciudad, del país, por toda la gente. Tan difícil es avanzar, “abrir puertas”, en una sociedad tan secularizada y moralmente decadente como la nuestra, que cada nuevo lugar de oración y predicación que se abre (siempre se considera que) fue “abierto por Dios”. Nadie parece plantearse si tal “nueva puerta” fue abierta en base a empuje, entusiasmo, deseo ferviente de lograr el tan mentado avance, la tan ansiada victoria, y a una coyuntura favorable de acontecimientos, lugares y disposición de las personas que intervienen. En otras palabras, si realmente es voluntad de Dios que una obra se plante en tal o cual lugar, o la obra se planta allí porque quienes la plantan quieren establecer una nuevo lugar de predicación, una nueva iglesia, donde sea y como se pueda.

Hágase todo decentemente y con orden (1 Corintios 14:40).

El mandamiento paulino se refiere al culto; a lo que podríamos llamar la primitiva liturgia de las reuniones cristianas del primer siglo. Pero indiscutiblemente, puede ampliarse esta recomendación con fuerza de mandato, para ser aplicada a todo lo que tenga que ver con el quehacer de la Iglesia. En lo que tiene que ver con el relacionamiento entre las distintas congregaciones o iglesias locales, parece obvio que deben regir los mismos principios de amor, respeto mutuo y atención a la preeminencia del otro, que deben regir entre los individuos, según las normas cristianas claramente expresadas en el Nuevo Testamento (Romanos 12:3, 9,10; Efesios 5:21; Filipenses 2:3; 1 Pedro 4:8-10). Estas consideraciones son muy pertinentes, creo, a la hora de meditar acerca de un tema espinoso y escasamente enfrentado: la desorganización (el desorden) territorial, del cual adolecen las iglesias evangélicas en el establecimiento de locales de oración y predicación.

En el reino animal, el territorio es celosamente protegido, y cualquier amenaza al mismo, de parte de otros congéneres, obtiene una reacción inmediata y violenta.

Entre seres humanos civilizados, las amenazas a la integridad del territorio considerado como propio, se enfrentan con respuestas organizadas que incluyen eventuales acciones violentas. Todas las naciones cuentan con fuerzas armadas, cuya razón de ser es “defender la soberanía del suelo patrio” contra agresiones externas. A nivel individual, las personas protegen su territorio (su hogar) contra la intrusión de visitas indeseables con muros, rejas, cercas eléctricas, alarmas, vigilantes, e incluso poseyendo armas con las que defenderse de la invasión de su vivienda por delincuentes.

Pero estamos hablando de iglesias; de grupos cuya razón de ser es adorar a Dios y predicar al mundo el amor de Jesucristo. Cada nuevo lugar de oración y predicación que se establece, cada nueva iglesia local que es plantada en un barrio de una ciudad o pueblo, cada “nueva puerta” que se abre, es otro punto más desde el cual irradiará el mensaje del evangelio de Cristo, que salva almas y transforma vidas. Por lo tanto, es lógico suponer que los esfuerzos por establecer nuevas iglesias se dirigirán allí donde no hay un testimonio cristiano presente (por lo menos según la manera de entender el cristianismo de cada denominación o confesión). Aquí parece pertinente tomar en cuenta el criterio del apóstol Pablo: “…me esforcé en predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiera sido anunciado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; y los que nunca han oído de él, entenderán” (Romanos 15:20,21).

Continuará la próxima semana…

Publicado originalmente en www.iglesiaenamarcha.net

7 Comments

  1. elrusoperes dice:

    Respecto a lo que dice Carlos, es absolutamente cierto. El artículo no explora los intereses ocultos tras esa expansión territorial desordenada de las iglesias evangélicas; o asume intereses legítimos: propagar el evangelio, ganar almas para Cristo, etc.
    Pero otros intereses pueden mover a algunos líderes al menos, en la búsqueda del crecimiento numérico de las congregaciones, que obviamente – a la larga o a la corta – traerá crecimiento de ingresos por concepto de ofrendas y diezmos. También traerá el crecimiento del prestigio, pues los evangélicos no hemos podido desprendernos del perverso criterio que otorga prestigio a los pastores y predicadores cuantas más personas convocan sus reuniones (y no por la pureza de su doctrina o la rectitud de sus vidas).
    Sí, es el asunto es complejo. Sin embargo, resolver y clarificar esto no es tan complicado; no más que servir a Dios con honestidad, humildad y sencillez. La cuestión es quién quiere, y a quién le importa.

  2. Carlos dice:

    Estimados foristas, probablemente lo que yo exprese aquí no guste y por ende le caiga espeso a alguna persona, pero en este tema (el cual no domino) he podido constatar que en ciertos lugares (no en todos, aclaro) existe una dura competencia por el mercado de feligreses.

    Algunos pastores me han comentado en confianza y en forma directa como algunos “administran” la distribución de los dineros provenientes de los diezmos y de las ayudas llegadas del exterior. Y la verdad es que, en cierto sentido, pone los pelos de punta. Soy plenamente consciente que hay gastos que cubrir y también entiendo que hay muchas personas dedicas full-time a la tarea, personas que tienen necesidades básicas que satisfacer, que tienen familias que atender, etc. Pero eso es una cosa, y otra muy distinta es la creación de estructuras y vínculos cuyo único objetivo es el comercial.

    Muchos de los que leerán estas líneas saben muy bien de que estoy hablando. Otros deberían indagar un poco.
    En definitiva… nada es porque sí !!!

  3. Prof. Raúl Caimi Sosa dice:

    Saben qué…TIENEN RAZÓN. Oremos por la unidad de todos los Cristianos Evangélicos…la mies es mucha y los obreros son pocos. Qué Dios les Bendiga , les prospere y multiplique…
    Excelente la calidad de sonido de los programas por el Internet.
    Un efusivo saludo de Raúl Caimi para todos los integrantes de RTM.

  4. LESLY ARDUIN dice:

    es mas que cierto lo que dicen.Parece que hoy es mas importante la lucha desatada entre pastores por atraer a tal o cual que ni siquiera recuerdan que supuestamente fueron puestos para predicar a CRISTO. Y todos dicen tener la salvacion. el SEÑOR dijo NO TODO EL QUE DICE SEÑOR EN TU NOMBRE NO REPRENDIMOS DEMONIOS? entonces le dire APARTAOS DE MI HACEDORES DE MALDAD. Que el ESPIRITU SANTO nos guie a la verdad¡¡¡

  5. Flaco oriental dice:

    Quisiera agregar para la discusión una frase del reconocido teólogo suizo Hans Küng. El Pr. Dellutri lo cita en el opúsculo que publicó RTM UY: “Ética y Política”. Dice Küng:

    “Ciertamente, las distintas iglesias no han terminado con algunos de sus problemas intra eclesiales; así por ejemplo, la superación del absolutismo romano en la iglesia católica, el tradicionalismo bizantino en la ortodoxa griega y de las manifestaciones de disolución en el protestantismo.” (El Desafío Cristiano, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1982).

    No me compete lo que pasa en la iglesia católica y la iglesia ortodoxa. Me centro en el protestantismo donde tengo mis raíces. Miren de vuelta la frase de KUNG: “Las manifestaciones de disolución en el protestantismo…”

    Tal cual indica el Dr. Pandiani las iglesias evangélicas se convierten en un verdadero “relajo” con esa tendencia a la atomización constante, confundiendo al ciudadano que no tiene ni idea de qué es la fe y que diferencia hay entre los diferentes grupos que se asientan en los barrios de nuestras ciudades, proclamando que tienen “LA VERDAD”… Sí! Con mayúscula. Dicien en otras palabras, con aire sectario que solo ellos tienen el mensaje de la verdad.

    Después nos quejamos que nos tomen el pelo y nos traten como sapos de otro pozo…

    Comencemos a vivir la fe tal cual es planteada en La Biblia, por favor!!

    Atentamente,

    Flaco Oriental

  6. Carolina Vallejo dice:

    Continúo reflexionando. Si está detrás de todo la voluntad de Dios, es su voluntad y punto. Muchas veces se dan situaciones incomprensibles que no entran en nuestro razonamientos finitos. Lo bueno es saber esperar y estar atentos a sus designios. Si es así puede haber buena convivencia y se pueden dar nexos y comunicación.

    Deponer lo humano, envidias, celos y contiendas. Cuidado toda relación debe basarse en el amor y el amor tiene sus características (1ªCorintios 13).
    Si Dios está detrás de la coyuntura bienvenidos sean y Dios bendice y prueba nuestra fe. Es por fe y no por vista que debemos andar.
    Si Dios no está ,¿será de bendición? Muy por el contrario.

    Hay que hilar muy fino por lo tanto en continua y constante dependencia del Señor. Dios bendice. Lic. Carolina Vallejo

  7. Carolina Vallejo dice:

    Sin lugar a dudas la posibilidad de participar es importante.El desorden o desorganización a la que alude el columnista tiene muchas puntas. Pienso en voz alta…¿desorden para quién? ¿Qué significa para un cristiano?, ¿Qué significa para alguien qúe no comparte nuestra fe?. Y voy a comenzar por la segunda pregunta que es la que más me preocupa. Alguien que ve éste panorama desde afuera piensa eso :desorden , desorganización , porque separados si dicen creer lo mismo y profesar la misma fe. Porqué no se juntan , adónde ir. Ese es el panorama que damos algún día daremos cuenta de esto.

    Por otro lado como cristiana frente a esto tengo una opinión muy particular , se puede criticar , no me interesa. Por disitntas razones desde pequeña tuve vinculaciones con nenes y nenas de distintas denominaciones.Felizmente , mi madre mujer de fe y de mente y corazón amplio jamás impidió los contactos . En la adolescencia y juventud participé de campamentos y actividades en org. cristianas donde nos reuníamos jóvenes de distintas denominaciones. En ningún momento sentí que no debía hacerlo. Muy por el contrario siempre he partcipado en iglesias pentecostales, bautistas de distinto tipo, metodista,etc. Me congrego en una Asamblea de Hnos. Libres. Jamás me cuestioné las cuestiones doctrinales, SOMOS HIJOS DE DIOS , JESUS ES NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR , para mi eso alcanza y sobra. Si se hace la Santa Cena todos los domingos , una vez al mes o cada tres meses … si se cubren o no la cabeza…. SOMOS HIJOS DE DIOS , JESUS ES NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR.AMEN , GLORIA A DIOS.NO SE NOS OLVIDE EL AMOR , POR FAVOR.
    Me congrego en una asamblea pero tal vez un día el Señor me guíe a hacerlo en otra perteneciente a otra denominación, no se y si el me guía Amén.
    No debemos ser exclusivistas y en el cielo no vamos a estar separados , somo todos parte de la Iglesia de Dios.
    Lamentablemente las divisiones las han hecho y las seguimos haciendo los hombres.

    Cuando se establece una iglesia se debe buscar de antemano la guía y voluntad de Dios. Tal vez Dios guíe a que haya dos iglesias cercanas , no se. Quién soy yo para decir lo contrario, aquí también Dios obra por senderos misteriosos. Conozco un caso en una ciudad capital del interior que una ig. de Hnos y una bautista se unieron . Algo impensable para el hombre , pero si se hizo en la voluntad de Dios, Amén.
    LO QUE IMPORTA ES LA VOLUNTAD DE DIOS Y ASÍ DIOS BENDECIRÁ aunque estén cerca. AHORA CUANDO SE SIGUEN LOS IMPULSOS HUMANOS POR SUPUESTO QUE DIOS NO BENDICE.
    Así que cuidado la voluntad de Dios ante todo, y no se nos olvide el amor.

    Lo que más me preocupa es como incide esto en aquella persona que está en la búsqueda , que imagen recibe.Sigo pensando…
    Lic. Carolina Vallejo

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