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LECTURA BÍBLICA: GÁLATAS 6:1 – 10
“El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye”. v.6
El ejercicio de la docencia durante más de 25 años me ha permitido conocer a miles de jóvenes que pasaron por mis aulas. Cuando surgieron las redes sociales, a menudo me aparecían solicitudes de amistad de mis estudiantes. Adopté como norma, y la comuniqué, no aceptar solicitudes de amistad hasta que dejaran de ser alumnos de mis cursos.
Muchos de ellos permanecen, después de años, en mi lista de amigos. Recibo sus saludos en mi cumpleaños y algunos me regalan comentarios, anécdotas y enseñanzas que aún recuerdan de mis clases, y agradecen. Entonces me siento dichosa, gratificada e impulsada a seguir adelante.
Imitando este gesto de mis selectos exalumnos, tengo el hábito de comentar y agradecer a quienes me instruyen en la Palabra y edifican mi espíritu. Mi lista es larga e incluye mujeres y hombres que han invertido su tiempo y su esfuerzo en prepararse con compromiso y oración delante de Dios, dejando de lado, incluso, sus horas de sueño o de recreo.
Lamentablemente, dentro del pueblo de Dios no es una práctica tan común como debiera ser. Hay quienes se preocupan en exceso por no “inflar el ego” del enseñante; sin embargo debemos saber que del ego del enseñante se encargará el Señor.
La Biblia nos exhorta a “devolver” en gratitud lo que recibimos. Sin mezquindades. El texto dice “…de TODA cosa buena…”. Para hacerlo, es imprescindible un espíritu humilde. Reconocer, apreciar y agradecer son acciones practicadas por corazones que van siendo transformados por la Palabra. Que este nuevo año sea para reconocer y agradecer.
Nancy Rodríguez Antivero, Uruguay
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