¡Quiero más!

 

Lectura: Juan 7:37-39

“El que cree en mi…de su interior correrán… ríos de agua viva”. v.38

En una ocasión, visitando una amiga en un centro de salud, me encontré con alguien que hacía años no veía. Como es de esperar, la reacción de sorpresa en ambos fue evidente y la alegría también por el agradable encuentro. Después de un par de minutos de intercambio le pregunto: ¿Qué estás haciendo actualmente? …a lo que responde: “persiguiendo la felicidad”.

Esa respuesta quedo en mi mente. Él estaba haciendo esfuerzos para alcanzar algo que quería y no tenía…Felicidad.

De una u otra manera cada persona aborda caminos tras la misma meta y muchas veces el resultado es solo fatiga y la misma sensación de carencia y vacío. ¿El problema? …buscamos en el lugar equivocado, por definir en forma errónea lo que la felicidad es.

La felicidad descansa en una relación. En la relación con Jesucristo y esto es así pues es la manera en cómo podemos vivir en el verdadero propósito para el cual fuimos hechos. Somos infelices o poco felices (aunque tengamos
todo aquello que aparentemente genera bienestar) porque el sentido de plenitud solo puede ser conocido y sostenido cuando Jesús ocupa el centro de nuestra existencia, cuando la relación con Él se constituye en algo vital; en el vínculo rector de todas las demás relaciones.

Entonces cesa la carrera por alcanzar algo que parece casi imposible…la felicidad. “El que cree en mi… de su interior correrán ríos de agua viva”, expresa Jesús en esta cita de Juan y vuelve y nos repite: “Yo he venido para que tengan vida y ésta en abundancia”. ¿Es usted feliz?

Dulce Pascual, República Dominicana

Señor solo tú me completas ¡Amén!

Meditación publicada en el libro devocional de RTM Alimento para el Alma – volumen 16, para conseguir una copia de la edición impresa visítenos en Soriano 1335 (Montevideo, Uruguay) o en su librería cristiana más cercana.