Un milagro
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Lectura: 3 Juan
“…pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar, entre ellos, no nos recibe.” v.9
Concurrimos a un lugar de vacaciones donde circulan gatos y pavos reales entre las personas. Cuando veo un felino en pose divertida, me acerco a tomar una foto, pero generalmente huye. Mientras tanto los pavos, rodeados de gente con celulares, despliegan su hermoso plumaje y permiten ser fotografiados. Pienso que hay personas que necesitan tener público para exhibir sus características. Hoy las redes sociales constituyen un centro apropiado para expresar lo que podríamos dudar en decir personalmente.
Sin embargo, parece que la necesidad de exponernos no es de ahora, porque en los primeros tiempos de la iglesia, ya existía. El apóstol Juan le escribe al hermano Gayo, destacándolo como fiel, hospitalario y con buena reputación entre los hermanos. Con franqueza denuncia a Diótrefes. Dice “a quien le gusta tener el primer lugar” entre la congregación del lugar.
El apóstol conoce que está hablando inapropiadamente de él. No lo recibe ni permite que otros lo hagan. Es probable que su conducta sea motivada por celos del aprecio que la comunidad tiene por Juan y Gayo. Esto le impide ver el amor del Señor alcanzando a todos. Desconozco si era un laico pretencioso, o un obispo que confundía autoridad con autoritarismo. Pero parece que constituye una muestra de quienes a lo largo de la historia de la Iglesia han atraído hacia si mismos el poder que viene de Dios, desconociendo toda autoridad que no sea la propia.
Jesús señala el pecado de aquellos que abusando de su posición ejercían despotismo con quienes más debían proteger. Como rechazaron cambiar de postura, confabularon su muerte, que para nosotros es la vida eterna.
Alicia Ituarte, Uruguay
La gloria solo a Dios