Libertad y responsabilidad
14 abril 2021
La Iglesia que crece – Pr. Samuel Pérez Millos
14 abril 2021
Lectura: Génesis 2:24, Ecles. 4:12
«…Y serán una sola carne» Gén. 2:24
El matrimonio es uno de los propósitos de Dios que prevalece desde la creación. Es muy atacado, pues Satanás trata de eliminarlo ya sea con la inmoralidad sexual, el divorcio, el abandono de los hijos, por padres sin carácter que le tienen miedo a sus hijos y no los corrigen a tiempo. Incluso se le está queriendo ver como obsoleto. Hay parejas que un día hacen una “fiesta” -como cualquier otra en su casa- y anuncian que se están “juntando”. A ese ligero cambio en sus vidas le llamaron matrimonio, dejándose llevar por el “así lo hacen todos”.
¿Dónde quedan las Escrituras? No saben que la boda es solo una pequeña parte en esta gran tarea. Lo más grandioso comienza luego de ella. La Biblia dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Pero para llegar a ese “una sola carne” hay que trabajar arduamente. Mi papá solía llamarlo en son de broma “martirmonio”, pero la realidad es que es un continuo estira y afloja; no al extremo de ser mártires por ello, pero sí en la constancia.
Eclesiastés 4:12 dice: “Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Sí, mi matrimonio consta de tres partes; si no fuera así hubiéramos naufragado hace mucho tiempo. Mi esposo, yo y Aquel que prometió estar con nosotros desde la eternidad: Mi Jesús Amado. Si no lo has hecho ya, invítalo, hazlo partícipe de tu matrimonio, de tu vida, de tus decisiones. Considéralo, Él nunca te fallará.
Nery De Las Casas Berreteaga, Estados Unidos
Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla.