La fe en acción
8 mayo 2022Veritas liberabit vos – Parte 2
10 mayo 2022Lectura: Lucas 6:1-11, Marcos 3:1-6
“Voy a hacerles una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado: hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?” Lucas 6:9
Todos tenemos algunos aspectos de nuestro cuerpo que no nos gustan y tratamos de ocultarlos. Algunos no están de acuerdo con algún detalle de su rostro o cuerpo y lo tapan con gorras, sombreros o alguna vestimenta que lo oculte.
Jesús sanó a un hombre que tenía tullido el brazo derecho. Esto quizá lo hizo dependiente de otros. Quizá su autoestima fuera muy baja y le llevara a sentir envidia de los que tenían un cuerpo normal. Esta aflicción le hizo acudir al Señor en busca de ayuda. Bendita la aflicción que nos acerca a Dios.
Jesús tuvo compasión de él y le dijo: “levántate y ponte en medio”, luego preguntó: “En sábado, ¿es lícito hacer bien o hacer mal?, ¿salvar la vida o quitarla?” Ante el silencio general, Jesús dijo al hombre: “Extiende tu mano”. Quizás el hombre quería mostrarle la mano sana, pero Jesús pidió ver la mano enferma. “Él la extendió, y la mano le fue restaurada sana”.
¿Hay algo en tu vida que podrías llamar una “mano seca”? Quizás el temor a fallar te amarra y no te deja enfrentar nuevos desafíos. Tal vez tu temperamento, tu lengua irrefrenable o algún vicio te mantiene esclavizado y con sentimientos de inferioridad. Solo muestras tus puntos fuertes para esconder tu “mano seca”.
Jesús dice: “extiende tu mano, muéstrame tus debilidades y fracasos”. Nos incomoda mostrar nuestras fallas, nos avergonzamos de que se enteren cómo somos realmente. A veces nos olvidamos que Dios lo sabe todo.
Freddy Barrón Tapia, Bolivia
Muéstrale a Jesús tus debilidades y fracasos, Él te restaurará y te sanará.