El sueño de Peter Pan: Los adultos que se niegan a crecer.

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Por: Ps. Graciela Gares*

Peter Pan  fue el personaje teatral creado por el escocés James Barrie (1904), para representar a un niño que se rehusaba a crecer, para evitar las responsabilidades de la vida adulta. Habitaba junto a otros niños en una isla, en el país del “Nunca Jamás”, viviendo una vida de fantasía.

Inspirado en esa fábula, los especialistas en salud mental han definido como el “Síndrome de Peter Pan” a las dificultades para crecer que muestran algunos adultos. Sin llegar a hablar de una enfermedad, se observa como una tendencia de este siglo XXI, la actitud de algunos adultos que se niegan a crecer, replegándose en actitudes infantiles. Quizá el prototipo de ello lo represente el cantante Michael Jackson quien habría afirmado:   “…en mi corazón soy Peter Pan. No quiero crecer”.

Los adultos que así piensan, suelen funcionar como adolescentes:

  • Les cuesta comprometerse y perseverar: duran poco en sus trabajos, fracasan repetidamente en las relaciones de pareja y no perseveran en el estudio.
  • Viven sin grandes proyectos de futuro.
  • Se rigen por la búsqueda del placer.
  • Se mantienen en dependencia emocional y económica de sus padres.
  • Toleran mal las frustraciones.
  • No asumen culpas ni consecuencias de sus acciones.
  • Están más concientes de sus derechos que de sus deberes.
  • Eluden responsabilidades como la paternidad o hacerse cargo de otros.
  • Les cuesta aceptar límites.
  • Prima en ellos la impulsividad y el consumismo.
  • Pasan horas con juegos electrónicos y consumen mucha tecnología.

Algunas consecuencias sociales de esta opción de vida son: maternidades o paternidades no asumidas que acaban en abortos de niños por nacer, trabajadores irresponsables, malos estudiantes, individuos adictos, relaciones de pareja con muy escaso compromiso, hijos que abandonan a padres ancianos.

Desde el punto de vista psicológico, estas conductas tienen su interpretación. Ocurre que a nivel psíquico el individuo puede optar por dar a su vida una marca infantil o adulta.

La marca infantil se reconoce por rasgos como el narcisismo, egoísmo, irresponsabilidad y búsqueda del placer a toda costa.

La impronta adulta se expresa en entrega, generosidad, responsabilidad y la tendencia a hacerse cargo de sí mismo y de otros.

En nuestra psiquis se reconocen tres instancias:

El Ello, que alberga los instintos, las pulsiones, los deseos de placer y disfrute personal.

El Superyo, que integra reglas, normas, límites, y se rige por el principio del deber.

Y entre ellos se ubica el Yo, como árbitro entre el Ello y el Superyo, el cual se rige por el principio de realidad. Desde aquí el individuo puede elegir actuar con madurez.

Cuando somos niños nos gobierna lo instintivo y nos motiva la búsqueda del placer en todo lo que hacemos.

A medida que crecemos, vamos incorporando en nuestra personalidad las normas y reglas de vida que se rigen por el principio de lo que debe ser.

En la adultez, nuestro Yo debe aprender a articular deseos y deberes, dando prioridad a nuestras responsabilidades y postergando a veces la satisfacción de nuestros deseos en pro de alcanzar objetivos trascendentes en la vida.

Pero esto no parece ser el sentir de muchos adultos en la post-modernidad.

El apóstol Pablo compartía su mirada al respecto en la carta a la iglesia de Corinto:

“Cuando yo era niño hablaba, pensaba y razonaba como un niño, pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño”. (1° Corintios 13:11 – La Biblia).

Y luego aconsejaba: “…no piensen ustedes como niños. Sean como niños para lo malo, pero sean adultos en su modo de pensar.” (1ª. Cor. 14:20).

El “programa vital” intangible que rige a todo ser humano nos impulsa a crecer. El sueño de Peter Pan es antinatural; es absurdo negarnos a crecer.

Asumir las obligaciones y compromisos que corresponden a nuestra edad es el camino más sano para nuestra salud psico-emocional y sin dudas, es el camino que Dios espera de cada uno de nosotros.

* Ps. Graciela Gares – Participa en la programación de RTM Uruguay que se emite por el 610 AM – Columna: “Tendencias” – Lunes 21:00 hs.

6 Comments

  1. graciela gares dice:

    Conviene notar que en el artículo se propone no hablar de una enfermedad (el síndrome) sino de una actitud.
    El síndrome afecta a un número limitado de personas, por lo cual no representaría una tendencia generalizada en la población. Es una enfermedad que desarrollan algunos individuos que no lograron superar circunstancias adversas de su pasado.

    En cambio, el sueño de Peter Pan es una fantasía que cualquiera de nosotros podemos vivir cuando consciente o inconcientemente nos damos el permiso de adoptar conductas o actitudes adolescentes, o renunciamos a asumir todas las responsabilidades que nos depara la adultez. A ello se refiere el artículo.
    Ojalá podamos captar el sentido y beneficiarnos. Que Dios nos ayude en esto.

  2. henry dice:

    que estudio tan mediocre aqui no pones todos los puntos importantes los que sufren de este sindrome de piter pan es por que no tubieron una niñez como cualquiera otro niño de juegos demas, todos los que sufren este sindrome tubieron una niñez traumatica como abusos sexuales o abusos psicologicos o explotacion laboral, una persona adulta no va decir a me voy a convertir en niño asi como asi, este sindrome ocurre por que la persona tiene una carencia en su vida ya que la niñes es una etapa muy importante en la vida y si se salta o no se lleva adecuadamente esto tendra repercusiones para toda la vida….

    • elarrosa dice:

      Henry, muchas gracias por tu visita al sitio y tu contribución a la discusión. En primer lugar: es un artículo, no un estudio… lo cual ameritaría otra rigurosidad académica. Segundo: enfoca su atención en un determinado tipo de comportamiento, no pretendiendo ser abarcativo de las áreas que tu mencionas y que bien tomaremos en cuenta para una próxima entrega. Compartiremos los mismos con la profesional que escribió focalizada en esto que se le pidió, por una cuestión de espacio y límite de la cantidad de palabras asignadas para el mismo. O sea que, no es bueno calificar de “estudio” a lo que no pretende serlo, es un artículo que contribuye a la discusión de un tema de creciente actualidad.

      Por otro lado, no es bueno echarle la culpa a otros o a situaciones de otra época de la vida. Es necesario, si el síndrome existe, asumir la responsabilidad y madurar. Es fácil victimizarse… lo importante es la RESPONSABILIDAD por mi presente y futuro, pues el pasado no lo puedo cambiar. En esto, todas las recomendaciones bíblicas que cita la Ps. Gares son base fundamental para ese cambio.

    • Sembrador dice:

      Henry, usted hace afirmaciones categóricas para fundamentar la calificación de “mediocre” que le da al artículo (de acuerdo con elarrosa, no es un estudio). Por ejemplo, usted dice: “todos los que sufren este sindrome tuvieron una niñez traumática”; la afirmación de que el 100% de los adultos que presentan este sindrome sufrieron una niñez traumática solo puede surgir de un estudio de investigación clínica que incluya una muestra de población de adultos con sindrome de Peter Pan lo suficientemente representativa como para que sus resultados puedan extrapolarse a toda la población. ¿Leyó usted una investigación clínica que apoye lo que afirma? ¿Podría facilitarnos el sitio web, o decirnos en cuál revista científica lo encontró? Y las otras afirmaciones categóricas que hace para criticar el artículo de la psicóloga Gares, ¿las basa en alguna evidencia científica? ¿O todo es mera opinión personal? Lo siento, Henry, pero así funcionan las ciencias de la salud, le guste a usted o no; las verdades científicas surgen de estudios de investigación clínica que tienen que tener significación estadística.
      ¿Sabía usted esto? Es más, ¿sabía usted que existe el sindrome de Peter Pan, antes de leer el artículo de la psicóloga Gares? ¿Es usted un profesional de la salud, o se mete a hablar simplemente de lo que “le parece”? Aún en el caso extremo de que usted hablara en base a su propia experiencia personal, eso no es necesariamente aplicable al resto de las personas. Por lo tanto, mi querido Henry, mejor que dejemos hablar a los profesionales que sí entienden de esto, y no nos metamos a opinar.
      Dios le bendiga.

  3. rosmery bermudez dice:

    1 octubre de 2010

    Que importante es que nosotros los cristianos tengamos conocimientos de estos temas que aveces pensamos que solo son de tratar con un medico y no a nivel espiritual, realmente me he sentido identificada y se que mi esposo tambien tiene mucho de esto, pues es bastante preocupante pues fuimos padres jovenes y creo que eso influye, lo importante es que nos acojamos a las normas de la palabra por que que seria de nosotros y nuestro hijo??

  4. Daniel Lopez dice:

    Muchas gracias por bendecirnos con estos temas enriquecedores y relevantes para nuestra iglesia hoy.
    Dios les siga dando abundante gracia y espiritu de consejo para la edificacion del cuerpo de Cristo.
    Diganme por favor, donde puedo pedir los libros del pstr. Dellutri.
    Con mucho aprecio.Daniel Lopez

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