Entonces entenderás
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LECTURA: 2ª PEDRO 1:1-6
“…nos ha dado preciosas y grandísimas promesas para que por ellas lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina…” v.4
¿Alguna vez te han prometido algo? ¿Te cumplieron? Recuerdo que cuando era niña, el tener que cumplir tanto las pequeñas tareas del hogar, como las de la escuela, me representaban realmente todo un desafío, así que en ocasiones mis padres ofrecían tentadoras recompensas si al final de un periodo de tiempo determinado, era capaz de hacer lo que se me pedía de la mejor manera posible.
Las promesas de mis padres, en ocasiones se cumplían y en otras lamentablemente no, algunas fueron posponiéndose en el tiempo hasta que finalmente, se olvidaron, ¡sí! Se olvidaron y para siempre.
La Biblia contiene miles de promesas de Dios y sorprende el hecho de saber que estas siempre se cumplirán, nunca se olvidarán pues, aunque sean muy grandes y luzcan imposibles, el Dios de los imposibles las respalda, aunque parecieran mentira. El Dios que las cumple es verdadero, nunca miente y aunque parezcan lejanas, llegarán a tiempo, al tiempo perfecto.
¡Qué alegría es confiar en quien siempre cumple! Lo que prometió, definitivamente lo hará.
Solo nos resta esperar, haciendo la tarea de limpiarnos y perfeccionarnos como hijos de Dios, cada día más. No porque de esta manera y de alguna forma, podamos pagar lo que se nos promete, pues todo es dado por pura gracia, sino porque sencillamente es lo que merece un Dios bueno, que sabe darnos no sólo todo lo bueno, sino también lo agradable y perfecto.
Honey Lastra, República Dominicana
Dios de promesas, ayúdanos a confiar en ti.
¡Auméntanos la fe!
