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LECTURA: EFESIOS 2:1-10
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo…” v.10
En cierta ocasión, un hombre manejaba su automóvil por una larga y muy solitaria carretera; cuando de pronto, su auto comenzó a desacelerar hasta detenerse por completo. El conductor se bajó, lo revisó para averiguar por qué se había detenido. Pensó en lo pronto que encontraría la falla pues conocía muy bien su vehículo, lo había manejado desde hacía muchos años. Sin embargo, después de un buen rato, no encontró el daño en el motor. En ese momento, apareció otro auto del cual se bajó una persona con la intención de ayudarle.
El dueño del auto averiado dijo: “He tenido este auto toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que usted pueda hacer algo”. El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo: “Bueno, haga el intento, pero recuerde que se lo advertí: nadie conoce este carro como yo”.
El segundo hombre echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía y pudo encenderlo. El dueño quedó atónito y preguntó: “¿Cómo pudo arreglar el auto tan rápidamente sin conocerlo como yo?”
El mecánico contestó: “Verá, mi nombre es Félix, yo inventé el motor rotatorio que usa su auto.”
Cuántas veces le decimos a Dios: “esta es mi vida, este es mi destino, esta es mi casa”. Tan sencilla historia nos permite preguntarte: ¿Quién te dio la vida? ¿Quién te creó?
Solo Aquel que es el autor de la vida y el amor, puede ayudarte si te quedas accidentado en la carretera de la vida. Dios conoce bien como somos.
Marcelo Ballester, Venezuela
Dios te conoce porque es tu Creador
