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7 septiembre 2017
Lectura: Juan 11:1-5
“…he aquí el que amas está enfermo.” v.3
Hace miles de años atrás, en una aldea en Betania, vivían dos hermanas y un hermano. Estos eran Lázaro, Marta y María, amigos íntimos de nuestro Señor Jesús. Cuenta la Biblia que cuando Lázaro murió, las hermanas enviaron a decirle a Jesús: “Señor, he aquí el que amas está enfermo.” Luego leemos que Jesús atendió ese llamado y el final concluyó en la resurrección de Lázaro. Hoy en día muchos de nosotros tenemos temores, angustias, dolores, frustraciones, en fin, debilidades que Satanás se ha encargado de hacer crecer en nuestras vidas como la cizaña que creció entre la hierba (Mateo 13:24-30).
A Dios gracias, nosotros también tenemos “Martas y Marías” que en su tiempo personal acuden a nuestro Señor Jesús y le dicen: “Señor, (tu nombre va aquí) EL/LA QUE AMAS está (tu problema va aquí)”, y así como sucedió antes, Él viene a consolarnos, a alentarlos. Porque Él siempre está ahí, esperando que nosotros veamos Su inmenso amor y protección.
Como en el Salmo 91:4: “Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.” Satanás tendría que pasar sobre Dios para tomarnos y nosotros sabemos que eso es imposible. Que tal seguridad nos da el Señor. ¡Gracias Padre por tu protección!
Que el Señor bendiga a todas las “Martas y Marías” presentes en nuestras vidas que dejando de lado el egoísmo, dejando de lado su tiempo personal claman al Señor por nosotros, nos cargan en sus oraciones y nos elevan ante la presencia de nuestro Dios.
Nery De Las Casas Berreteaga, Estados Unidos