Cada día con su afán

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Lectura: Mateo 6:25-34

“Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta cada día su propio mal” v. 34

Muchos de nosotros tenemos necesidades, anhelos y deseos, pero a lo largo de nuestro peregrinaje en esta tierra tendemos a perder nuestro enfoque celestial por las muchas situaciones que atravesamos y que se acumulan a diario.

Las obligaciones que tenemos en nuestro hogar como la alimentación y muchas cosas más que debemos cubrir cada día; necesidades básicas y las no tan básicas que se despiertan al escuchar demasiado las que son mencionadas a cada rato por los medios de comunicación. Además nos afanamos por querer cumplir con todo lo que planificamos en nuestra agenda humana; por tener todo lo que queremos y necesitamos lo más pronto posible.

Queremos alcanzarlo todo y correr muchos kilómetros de una sola vez por todas, tratando de añadir a nuestras vidas más resultados que los del día anterior. Pero por mucho que nos afanemos, Dios ya ha planeado en su agenda divina todo lo necesario y los suficientes oficios, metas, quehaceres y demás cosas para ejecutarlas precisamente en el día de hoy. Sin embargo con frecuencia intentamos, muchas veces inconscientemente, llenar nuestra agenda con demasiadas cosas que a lo mejor no son tan prioritarias ni edificantes.

Dios no desea que nos preocupemos o que tengamos incertidumbre por el día de mañana, pues Él conoce perfectamente nuestras carencias y Él las puede suplir de una forma sobreabundante, más de lo que nos imaginamos. Dios suple diariamente tu necesidad.

Marcelo Ballester, Venezuela

Aprendamos a vivir un día a la vez. Ni el ayer ni el mañana me preocupan.

Meditación publicada en el libro devocional de RTM Alimento para el Alma – volumen 20, para conseguir una copia de la edición impresa visítenos en Soriano 1335 (Montevideo, Uruguay) o en su librería cristiana más cercana.

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