Así comenzamos el 2018

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12 abril 2018
Pensar en lo que no pensamos
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Por: Ps. Graciela Gares*

El espacio “Tendencias” que desarrollamos desde hace algunos años ha pretendido oficiar en algún aspecto como un mirador de la realidad social, familiar e individual de la comunidad uruguaya.

Nuestra mirada acerca de lo que ocurre no es neutral, ya que eso sería imposible. Ha tenido quizá el sesgo sutil de lo femenino, de lo psicológico y obligadamente, de una cosmovisión cristiana.

Al comienzo de este nuevo ciclo 2018 nos gustaría dar un breve pantallazo de lo que nos ha deparado el primer trimestre de este año, ya que ello nos pautará los temas de los que deberíamos ocuparnos en este nuevo ciclo.

En lo económico, estadísticas oficiales muestran que el país sigue creciendo, aunque quizá a un ritmo más lento que lo esperable y existe preocupación pues las fuentes de trabajo no han aumentado y muchos uruguayos sufren desempleo, subempleo o reciben ingresos insuficientes.

En otros sectores de la sociedad continúa el hiper-consumo. Se incrementó la venta de autos 0 Km en enero 2018 respecto al mismo mes del 2017. Las agencias de viajes agotaron pasajes a Brasil, EE.UU. y Europa en Semana Santa, gracias a los planes de financiación y un dólar estable.

Por otro lado, la violencia en nuestro país no da tregua; más de 25 asesinatos en el primer trimestre, 6 de ellos a mujeres en el contexto de relaciones afectivas problemáticas. Y aunque se incrementó el gasto en seguridad en el país (instalación de cámaras callejeras, ingreso de nuevos efectivos policiales, sofisticado equipamiento), la violencia no disminuye.

Se trata de una violencia sin códigos, depredadora, sin sentido aparente, donde ni la vida propia ni la del otro vale nada. Por ello, alguien que es asaltado, aunque entregue todo puede igual ser agredido o muerto.

En otras esferas, la ética de muchos servidores públicos ha estado últimamente en el banquillo de los acusados. En casi todas las tiendas políticas los comités de ética han sido convocados para expedirse sobre la conducta de alguno de sus miembros. Cada colectividad política acusa a miembros de otro partido, pero a la vez, recibe acusaciones sobre alguno de sus integrantes. Nadie está limpio para arrojar la primera piedra.

¿Por qué una sociedad que progresa económicamente, se ha tecnificado mucho y dice haber reducido la pobreza, tiene estos problemas graves en su entramado social?

La Biblia nos da la clave:

“El insensato ha dicho en su corazón: “No hay Dios”. Procedieron con corrupción. Obraron abominablemente. Ninguno hizo el bien. El Eterno miró desde el cielo a los hijos de los hombres para ver si había alguno que comprendiera, que buscara a Dios. Todos están corrompidos” (Salmo 14: 1 – 3 versión judía).

Nos parece que pocos dudan que la maldad en nuestras sociedades postmodernas se ha multiplicado y el amor de muchos se enfrió. (Mateo 24:12)

Imposible para los lectores de la Biblia no recordar y asociar el actual estado de cosas con descripciones como las que figuran en el Génesis: “la tierra estaba corrompida y llena de violencia (Génesis 6:11) y “El intento del corazón del hombre es continuamente hacia el mal (Génesis 8:21).

Pero aunque para todos éstas son malas noticias, algunos le asignan una connotación positiva: es que ¡el retorno del Mesías a la tierra está más cerca!

Siguiendo con la reseña de eventos que han marcado el inicio del año en curso, continúa la imposición de la doctrina del “pensamiento único”. El descrédito, la desaprobación y descalificación acompañarán a todo aquel que discrepe con alguna idea que algún grupo minoritario social haya logrado instalar sobre la mesa o en la agenda pública. Por ejemplo, la diversidad sexual. Quien la desapruebe será tildado de retrógrado, homofóbico, etc.

Mientras tanto, la soledad se ha instalado como compañera de vida de muchas personas, lo que recientemente ha llevado a países como Inglaterra a pensar en crear un “Ministerio de la Soledad” en el gabinete de gobierno.

La teoría (mal llamada Ideología de género) vive y lucha tratando de ganar espacio en las mentes de los educandos. En tal contexto, existe hoy un proyecto de ley en el Parlamento uruguayo que propone autorizar, aún a menores de edad, a cambiar de sexo si lo desean. El Estado les financiaría la cirugía, la cual implicaría un proceso irreversible que no dará lugar a arrepentimientos cuando ese niño o niña haya crecido.

El aumento de los feminicidios ha irritado a toda la sociedad y en particular a los grupos feministas, los que han renovado su militancia social.

Estamos asistiendo a una diferente conceptualización de la femineidad, de la mano de sectores radicales: mujeres que para reafirmarse se desnudan en público, establecen una guerra contra el varón, ensucian fachadas de iglesias, etc. Y ello nos preocupa pues está en juego la imagen de mujer que estamos trasmitiendo a las nuevas generaciones de niñas y jovencitas que observan tales manifestaciones.

Sin dudas, esta reseña de hechos distintivos de estos tiempos podría ser más extensa, pero basta para pintar la realidad que vivimos.

Feminismo vs. femineidad

Dado que aún no se han acallado los ecos del Día de la mujer, celebrado intensamente en Uruguay y la región, no deseamos dejar pasar la oportunidad de fijar nuestra opinión al respecto.

Muchas somos las mujeres que sentimos que este feminismo radical no nos representa, ni interpreta el sentir de la mayoría de nosotras porque:

  • degrada a la mujer cuando la muestra desvergonzada y sin pudor.
  • la deshumaniza y transforma en asesina de su propia descendencia al avalar que aborte.
  • la rebaja en su dignidad de ser co-gestora de vida con Dios.
  • no nos interpreta, al menospreciar la maternidad, desconociendo que la esterilidad femenina sigue siendo un evento traumático para cualquier mujer que no logre embarazarse.
  • inventa una falsa competencia con el varón (bajo la consigna “matar al macho”), en lugar de reclamar que se respete la complementariedad que el Creador diseñó al hacernos mutuamente necesitados un sexo del otro.
  • muestra su ignorancia al no entender que los vínculos sentimentales patológicos (violentos) se construyen con la participación de la propia mujer, que falla en la elección de la pareja, la puesta de límites, darse su lugar con dignidad, etc.

Para ilustrar este último argumento nos gustaría remitirnos a un excelente film (con 6 nominaciones de la Academia), que aún se exhibe en carteleras uruguayas. Se titula “El hilo fantasma” y la crítica sintetiza así el guion:

La historia transcurre en el Londres de post guerra, donde Reynolds, un diseñador de modas de la alta sociedad, inicia un romance con Alma, una empleada camarera de un restaurante. Él la seduce y la lleva a vivir a su residencia, pero luego el deslumbramiento por ella decae. Reynolds la utiliza como maniquí para probar los vestidos que él confecciona para sus clientas. Tiene algunas actitudes de crítica y desprecio hacia ella. Parecería que Alma fue un capricho de un momento en la vida de él. Ella lo ama pero él sólo ama su trabajo. Ella se deja pisotear hasta que decide rebelarse y lo expresa de una manera inesperada.

Para el observador atento a la conducta humana resulta claro como la protagonista femenina se ha obsesionado en una relación patológica con un individuo inmaduro, egocéntrico que le propina desplantes a solas y en público, en tanto ella lucha por hacer crecer el amor. En este caso, la violencia no llega a ejercerla él sino ella, que atenta contra la salud de él para lograr que le preste atención y experimente que la necesita.

Un crítico tituló la historia: el desprecio lleva al amor. Pero sabemos que es bastante utópico que así suceda.

Nos pareció que la trama de esta relación ilustra una realidad bastante frecuente, donde una mujer no atina a darse el lugar de dignidad que le corresponde en la relación de pareja.

Resulta extraño que quienes desean frenar la violencia de género en nuestra sociedad no promuevan talleres para  ayudar a las víctimas (en general mujeres) a quererse y elevar su autoestima, re-formular sus vínculos afectivos y deshacerse de amores enfermizos.

Lo que realmente debe “de-construirse” es la co-dependencia afectiva de las mujeres y la aceptación de relaciones pasajeras sin compromiso.

Todo individuo machista fue educado por una mujer, por tanto la mujer debería sentirse doblemente empoderada:

-para educar a sus hijos varones según la ley de Dios, en cuanto a respetar a la mujer, amarla según el concepto bíblico (amor sacrificial) y someter su conducta e impulsos varoniles a la autoridad de Dios.

-para no aceptar vínculos afectivos que no la respeten y la traten indignamente.

El feminismo radical quiere “de-construirlo” todo, pero no logrará de-construir algunas cosas que son diseño divino. Por ejemplo:

  • El corazón maternal que habita en cada mujer, aún en las que no engendraron hijos. Y hasta en las hembras de los animales. Eso inspira al sexo femenino al cuidado atento y cariñoso de sus hijos, pareja, padres, etc.
  • La gran sensibilidad y ternura que posee toda mujer, aunque se muestre exteriormente dura. Esto nos diferencia del varón.
  • El hecho que hombres y mujeres nos necesitamos mutuamente. Un varón nunca completará a otro varón, ni una mujer a otra mujer.

Dios en su sabiduría y bondad lo dispuso así para nuestro bien.

*Ps. Graciela Gares – Participa en la programación de RTM Uruguay que se emite por el 610 AM – Columna: “Tendencias” – Lunes 21:00 hs.

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