El ingrediente indispensable
20 junio 2017Lecciones para la vida – 14
21 junio 2017
Lectura: Juan 13:1-6
“Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.” v.5
Muchas carencias en el criterio de valor personal se deben a que las personas no saben quiénes son. La búsqueda de distinción y reconocimiento es una realidad que también está deteriorando el concepto que las personas tienen de sí mismas y algunas personas viven atrapadas en el juego de mantener una imagen o apariencia x. El relato leído afirma que Jesús sabía plenamente quien es, de donde venía y hacia a donde iba. Sabía que es la imagen del Dios invisible, primogénito de toda creación, El Hijo de Dios, único digno de adoración, Rey eterno; y esto no es más que una muestra de lo que la Biblia nos presenta.
Nuestro Señor siendo el ser más Grande, Sublime y Perfecto del universo, asumió la posición más baja que pudo asumir: un sirviente. Analizando esta escena me surgen varias preguntas; ¿Seremos muy importantes como para tomar la toalla y la ponchera? ¿Estaríamos dispuestos a despojarnos de nuestras chaquetas, bufandas, tomar una escoba para limpiar en el templo de Dios o de una persona que lo necesite? ¿Superan nuestras virtudes las de Jesús?; Sabemos que no.
Independientemente de los títulos, logros, posesiones, méritos personales, etcétera que podíamos exhibir, servimos a un Señor que nos supera en todo, y aun así nos dio ejemplo, Él sabía exactamente quién era, no tenía necesidad de demostrar nada. Su ejemplo no es solo para que nos asombremos, es para que lo imitemos.
Marina Thompson, República Dominicana