Dios existe
11 enero 2018Familia y Sociedad II
15 enero 2018Lectura: 2ª Timoteo 2:1-10
“Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús” v.1
Estoy seguro que si estuviéramos presos, tuviéramos a nuestros hijos lejos y supiéramos que nos queda poco tiempo de vida, les haríamos llegar por cualquier medio nuestros mejores consejos para que a ellos les fuera bien en la vida, porque los amamos y desde ahora en adelante no les veremos más en esta tierra. ¿Puedes imaginarlo?, pues eso es lo que el Señor pone frente a nuestros ojos: ‘Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús.- Cuando el apóstol Pablo le escribió esta carta a Timoteo se encontraba preso y sabía que le quedaba poco tiempo de vida.
Soy un convencido que el Señor nos hizo llegar esta carta para que la leamos con el mismo sentido que fue escrita, y por eso cada uno de nosotros también debería tomar estas Palabras como buenos consejos, como lecciones de vida que un padre quiere heredar a su hijo amado. Es como si Dios mismo, entonces, fuera Quien te dice: -Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús-. ¡Estas Palabras te hablan directamente a ti!.
Siempre decimos que nuestra fe cristiana es de naturaleza comunitaria, y por eso nos congregamos y de ahí que le damos importancia a ser miembros activos y reconocidos de una iglesia local. Sin duda ser parte de una comunidad de hermanos es el plan y la voluntad de Dios para nuestras vidas, tal cual lo vemos muchas veces en las Escrituras.
Iván Castro Bravo, Chile