Gracias a Dios por todo

Esperando un nuevo año
31 diciembre 2017
Gozo 2018
1 enero 2018
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De la sección “Renovando el Espíritu” del programa “Los años no vienen solos”.

Celebremos el último día del año agradeciendo a Dios por todo.

Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:18

Si hay un verso de la Biblia que nos puede dejar pensando es este. Simplemente porque el hecho de dar GRACIAS en TODO resulta un tanto difícil. Y es que la palabra TODO abarca lo bueno y lo malo, lo que nos hace felices, pero también lo que no, y es tan fácil agradecer cuando nos pasa algo bueno, cuando todo son buenas noticias y todo es positivo, pero cuando nos llega un momento difícil, quizás lo primero que queremos hacer es salir corriendo, evitar a como dé lugar la situación o desear que nunca hubiese ocurrido.

Es cierto que a nadie le gusta que le pasen cosas malas ni tener que atravesar por momentos de tristeza, sin embargo es inevitable y parece ser verdaderamente necesario que experimentemos tanto las cosas buenas como las malas. En la alegría, nuestro corazón se goza, pero en la tristeza crece nuestra comunicación con Dios y se fortalece nuestra fe.
Esto es algo que fácilmente se dice, pero es tan difícil cumplir con esta voluntad de Dios en cuanto a darle gracias por todo, que lo único que podemos hacer es pedirle ayuda para poder cumplir su deseo aún en los momentos duros de la vida.

En estos días, ya casi al final del año, la mayoría de las personas habla sobre los propósitos que cumplió este año y las metas que se fijará para el próximo, pero ¿Qué hay de los propósitos no cumplidos?, ¿Qué pasa con las cosas que no conseguimos lograr? A lo largo de un año pasan tantas cosas, las agradables y positivas normalmente se las agradecemos a Dios de inmediato y nos sentimos tan contentos que para nada es difícil agradecerle tantas veces como nos es posible, pero dejamos de lado “lo malo” y ese tema no queremos ni tocarlo. Ciertamente a menudo olvidamos que a los que amamos a Dios “todo nos ayuda para bien” y que Dios en ningún momento haría o permitiría que pasara algo que nos resulte solamente en daño, a pesar de que muchas veces no podemos evitar pensar por qué permitirá que pasen ciertas cosas y no podemos entender en el momento el propósito, ni la enseñanza que nos dejará. Pero, si de algo debemos estar seguros es que SIEMPRE serán para nuestro bien.

Dios ha estado con usted y conmigo de enero a diciembre, las 24 horas del día, en las alegrías y aún más en las tristezas, en el instante en que una persona llegó a nuestra vida y en el que la vimos partir, en nuestros triunfos y en nuestros sentimientos de derrota, viendo cada una de nuestras sonrisas y secando cada una de nuestras lágrimas, ¿Por qué no agradecerle cada uno de esos momentos?

Sin lugar a duda en todo tiempo Dios ha estado a nuestro lado, fiel como siempre, incondicionalmente. Con los brazos abiertos nos rodeó con alegría y con consuelo cuando nos dieron ese cálido abrazo en las difíciles circunstancias, mostrándonos que hay cosas que simplemente no nos fueron convenientes o no eran tan buenas como pensábamos en su momento.

Ante cada acontecimiento de este año solo queda decir:
“Gracias Dios porque en todo tiempo nos permitiste sentir tu compañía. Sin importar cuál fue la circunstancia, buena o mala, permaneciste cerca. Gracias por las personas que trajiste a nuestra vida, y gracias por las que te llevaste de nuestro lado. Gracias por cada alegría y gracias también porque en la tristeza tu amor sanó nuestro corazón. Gracias por llevarnos de la mano en cada victoria y mostrarnos el camino en medio de la frustración. Gracias por los momentos duros que han fortalecido nuestro espíritu al mismo tiempo que nos has mostrado cuán grande es tu misericordia. Gracias por la riqueza y gracias porque en la necesidad sabemos que contamos contigo. Gracias por cada sueño cumplido, gracias por los que aún están en proceso de realizarse y más aún gracias por los que no se cumplieron pues tenías cosas mejores para nosotros. Gracias porque por cada porción que te pedimos siempre tienes el doble que darnos, gracias de corazón, gracias en todo y por todo”. Hasta aquí nos ayudó el Señor.

Gracias por todo/ Extractado del blog “Destello de su gloria.org”

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