Dios habla…
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22 junio 2018Lectura: Jeremías 15:15 – 21
“Tu Palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón.” v.16
Mucho ya se escribió sobre las promesas y aliento que uno puede recibir de la Palabra. Pero olvidamos que es una espada de dos filos que corta hasta lo más profundo del alma. En ocasiones, lo que Dios tiene que decirnos no son palabras de bendición, sino de reproche frente a todo aquello que hay en nuestras vidas y que desagrada a su voluntad.
A Jeremías le tocó esa ingrata tarea de ser mensajero del reproche y la ira de Dios. El Señor anunció “cuatro géneros de castigo”, todos ellos expresión de la abrumadora ira divina. No le fue bien al profeta, pues se lamenta de manera muy expresiva: “nunca he dado ni tomado en préstamo, y todos me maldicen…” (v. 10). Cuando uno lee las palabras de Jeremías, se asombra ante el terrible precio que pagó por transmitir el durísimo mensaje de Dios.
El mensaje de Jeremías era terrible y angustiante no sólo para su pueblo, sino para él mismo. Aun así, dice: “Tu Palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón”. Y el mismo Señor le respalda: “pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová”.
En algún momento la Palabra nos reprenderá o señalará cosas que son intolerables para Dios. Seamos fieles a Dios, aceptemos el reproche con arrepentimiento, cambiemos nuestros caminos…pero que nunca nos deje el gozo de leer y obedecer la Palabra de Dios. Él promete estar con nosotros y apoyarnos.
Eduardo Sánchez, Paraguay