Caras de Resucitados – 2ª Parte

Estafa por Internet
16 marzo 2010
El Rol Educativo de la Radio
17 marzo 2010
Estafa por Internet
16 marzo 2010
El Rol Educativo de la Radio
17 marzo 2010

Por: Esteban Larrosa

La provocadora frase de Federico Nietzche nos sigue apelando a que consideremos cómo expresamos lo que decimos tener como cristianos: La alegría de la resurrección. Repasemos, Nietzche dijo de los cristianos de su época: “Los cristianos no tenéis cara de resucitados” Le resultaban agrios, aburridos y con falta de alegría. Pero esto no fue siempre así.

Si uno lee la historia de la iglesia cristiana se encuentra con que los primeros cristianos vivían una fe totalmente jubilosa.  Hechos 2:46 dice que los cristianos perseveraban estando juntos, compartían el pan en las casas, comiendo juntos con alegría y sencillez de corazón. Vamos a resaltar estas dos palabras “con alegría.”

Una de las cosas por la cual la gente quería ser cristiano era por la alegría que demostraban en su estilo de vida.

¿Por qué estaban alegres? Porque había esperanza en su vida, mas allá de las circunstancias particulares de limitaciones y persecución en que vivían lograban desarrollar un estilo de vida donde predominaba la alegría con esperanza cierta.

Vean lo que escribió Santo Tomás en su Suma Teológica:

“La alegría es el amor disfrutado; es su primer fruto. Cuanto más grande es el amor, mayor es la alegría (SANTO TOMÁS, Suma Teológica). Dios es amor (1, 4,8) enseña San Juan; un Amor sin medida, un Amor eterno que se nos entrega. Y la santidad es amar, corresponder a esa entrega de Dios al alma. Por eso, el discípulo de Cristo es un hombre, una mujer, alegre, aun en medio de las mayores contrariedades: Y Yo os daré una alegría que nadie os podrá quitar (Juan 16, 22). “Un santo triste es un triste santo” se ha escrito con verdad. Porque la tristeza tiene una íntima relación con la tibieza, con el egoísmo y la soledad. El Señor nos pide el esfuerzo para desechar un gesto adusto o una palabra destemplada para atraer muchas almas hacia Él, con nuestra sonrisa y paz interior, con garbo y buen humor. Si hemos perdido la alegría, la recuperamos con la oración, con la Confesión y el servicio a los demás sin esperar recompensa aquí en la tierra.”

La declaración de Federico Nietzche, ¿se aplicaría a tu estilo de vida si decís ser cristiano? ¿O por el contrario tenemos cara de resucitados?

El mensaje subliminal que transmitimos los cristianos en la comunicación es, salvo raras excepciones, antievangélico. Solemos decir que el Evangelio es alegría, color, fuerza, renovación, luz, vitalidad… vida nueva, en definitiva. Sin embargo, el mensaje que transmitimos con muchas actitudes es triste, aburrido, con una estética antigua, sin que deslumbre por su atractivo visual. Lo contrario a lo que es el Evangelio. Si bien el verdadero gozo está en el corazón, este debería desbordar en nuestro rostro y manera de encarar las cosas diarias. Deberíamos ofrecer incluso un impacto visual que atraiga a las personas a vivir la vida a pleno con el Evangelio de Jesús.

¿Qué hacer para tomarnos la vida con humor?

  • Lo primero que habría que hacer es aprender a valorar lo que tenemos y dejar de lamentarnos por lo que no tenemos, mostrar actitudes positivas ante las personas y los acontecimientos, ser gente divertida, hacer de nuestras obligaciones diarias una fuente de satisfacción….. si en el trabajo todos están con cara larga, nosotros deberíamos ser esa contracara de vivir mas allá de las circunstancias, sin alienarnos de la realidad, pero demostrando otra actitud.
  • No se puede olvidar que la felicidad no está relacionada con grandes acontecimientos, ni con un buen trabajo o grandes cantidades de dinero, sino que está en disfrutar los pequeños momentos de cada día, y en esto influye mucho la actitud que cada uno tenga ante las adversidades y contrariedades que continuamente se nos presentan.  Muchas veces, se piensa que no se nos presentan muchas ocasiones para echarnos a reír espontáneamente, que la vida ya es demasiado complicada como para tener el sentido del humor a flor de piel.

  • Un ejercicio: Les invito a que ahora mismo intenten aflojar las tensiones con una carcajada y dejar que los músculos y órganos vuelvan a moverse. Todo esto hace que uno se sienta mucho mejor. A ver… ríase con ganas… hace bien. En estos casos la risa es la mejor de las medicinas, ya que es imposible reír de corazón y al mismo tiempo estar ansioso y tenso.
  • No hay que olvidar la importancia de aprender a valorar las pequeñas cosas, de recordar los momentos del pasado que nos hicieron reír (seguro que cada uno tenemos algunas anécdotas que cuando recordamos provocan una sonrisa en nuestro rostro), volver a ver una película que en su momento nos resultó divertida.
  • Es necesario aprender a desarrollar ese sentido del humor, que nos ayude a ver el lado cómico y divertido que tiene la vida. Esto nos ayudará a desdramatizar ante las dificultades, a relativizar los problemas, también nos va a resultar útil en nuestras relaciones con los demás ya que siempre es agradable tener alrededor personas que saben sonreír.

“La alegría verdadera, la que perdura por encima de las contradicciones y del dolor, es la de quienes se encontraron con Dios en las circunstancias más diversas y supieron seguirle. Y, entre todas, la alegría de María: mi espíritu está transportado de alegría en Dios, salvador mío (Lucas 1, 46-47). La alegría es la consecuencia inmediata de cierta plenitud de vida. Y para la persona, esta plenitud consiste ante todo en la sabiduría y en el amor” (SANTO TOMÁS, Suma Teológica). Es plenitud de Vida. No podemos alcanzar alegría mayor que la que se funda en ser hijos de Dios por la gracia, una alegría capaz de subsistir en la enfermedad y en el fracaso: “Yo os daré una alegría que nadie os podrá quitar (Juan 16, 22) prometió Jesús en la Última Cena. “

Ya se acerca la Semana Santa y la nueva celebración de la resurrección de Cristo. Piense… Cuando los demás vean su cara: ¿pensarán que tiene cara de resucitado o de viernes de silencio y derrota? Jesús Prometió una alegría que nadie la podrá quitar, demuéstrela en su diario vivir.

1 Comment

  1. Margarito Ramirez dice:

    excelente articulo!!! creo que es de vital importancia en nuestra vida como cristianos, aprender a vivir con esa alegria y mostrarla al mundo, un mundo que cada vez necesita mas del amor de
    un Dios alegre, pues El nos vino a dar una vida abundante!!!

    Bendiciones!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *