
Por: Ps. Graciela Gares
Parte 1:
Parte 2:
La batalla legal a favor de la educación en el hogar, ganada por un grupo de padres de una comunidad cristiana radicada en Uruguay, ha sido recibida por muchos como un precedente esperanzador. Otros, en cambio, continúan levantando críticas contra una práctica que tiene cada vez más adeptos en el mundo.
Hablamos de una batalla ganada, pero no la guerra. Hay padres que aún enfrentan demandas judiciales por parte del órgano rector de la enseñanza oficial en nuestro país, por no haber inscripto a sus hijos en una institución educativa con reconocimiento estatal.
Los detractores del sistema de “homeschool” siguen denunciando vulneración de derechos cuando los padres, por diversas circunstancias, deciden no anotar a sus niños en centros educativos nacionales habilitados.
Es que el mundo ha cambiado y algunos parecen no acusar recibo de ello.
La pandemia vivida por la humanidad entre 2020 y 2022 demostró que no sólo en las aulas se puede recibir educación sistematizada. El gran avance tecnológico mantuvo en contacto a educadores y educandos y las mentes de niños y jóvenes siguieron recibiendo instrucción.
No sólo es posible acceder al conocimiento y formación para la vida desde el hogar, sino que existen alternativas para mantener, asimismo, una adecuada socialización de los niños y jóvenes.
Por tanto, no se vulnera el derecho a recibir educación, sino que se protege a los menores de ciertas amenazas como la ideologización sesgada del proyecto educativo y el bullying creciente en los centros de enseñanza, problemática ésta última, sin solución hasta el momento.
El homeschool es legal solamente en pocos países, como Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Pero no está prohibido en países como Argentina y Uruguay.
En concreto, en nuestro país, la ley de Educación se modificó en el año 2020 cuando entró en vigencia la LUC -Ley de Urgente Consideración-. Ahora ya no se estipula como obligatoria la inscripción de los menores en centros educativos, pero sí se establece la obligatoriedad de la educación inicial, primaria y media, sin prescribir dónde recibirla. En todo caso, se fuerza a los padres o tutores a contribuir a esa medida.
Meses atrás, la Administración Nacional de Educación Primaria (ANEP) había denunciado ante la Justicia a los padres de 11 niños de una comunidad cristiana del Depto. de Florida (Uruguay) por no enviar a sus hijos a ninguna institución educativa pública o privada en el país.
Los chicos, no obstante, están escolarizados y por partida doble, pues reciben instrucción virtual a distancia desde un colegio “sombrilla o umbrella” con sede en Estados Unidos (país con homeschool legal) y además, participan de una escuela comunitaria aquí en Uruguay. Por tanto, su derecho a la educación está evidentemente bien contemplado, a través de un sistema alternativo, acorde a su ideología religiosa y cultura de sus familias de origen.
Los padres se mostraron dispuestos a someter a sus hijos a pruebas que evidenciaran la formación que están recibiendo. La modalidad educativa elegida por sus padres no los excluye definitivamente de la educación formal nacional, sino que, en virtud de los convenios internacionales ya existentes, finalizada su instrucción desde el extranjero, podrán revalidar su formación y continuarla en instituciones de educación superior uruguayas.
Obviamente, siendo ya mayores, con un pensamiento crítico más desarrollado, serán menos vulnerables a la implantación de principios contrarios a sus valores personales, familiares y religiosos.
El Tribunal de Apelaciones de Familia de 2do. Turno de la Justicia uruguaya concluyó que “ello no está prohibido por nuestro sistema constitucional y legal”.
El Art. 68 de la Constitución de la República reza: “Queda garantida la libertad de enseñanza. La ley reglamentará la intervención del Estado al solo objeto de mantener la higiene, la moralidad, la seguridad y el orden públicos. Todo padre o tutor tiene derecho a elegir, para la enseñanza de sus hijos o pupilos, los maestros o instituciones que desee”.
Celebramos esta batalla ganada por el momento por esta comunidad cristiana, pero sabiendo que la guerra continúa. El enemigo de Dios y de sus criaturas no cesará en disputarse la mente de los infantes para implantar allí su agenda de pecado y destrucción.
Por ello, quienes deseen optar por la educación de sus hijos en el ámbito doméstico deben manejarse con cautela y asesorarse bien al respecto.
Somos partidarios que la escuela vuelva a educar en conocimientos y habilidades para la vida, y deje en manos de los padres y familia la educación en valores y principios para la vida.
Todas las exhortaciones bíblicas sobre instrucción para la vida y conducta humana son dirigidas a padres y no a instituciones.
“Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo, no se apartará de él.” (Proverbios 22: 6)
El profeta antiguo Moisés, luego de trasmitir al pueblo israelita instrucciones divinas sobre amar a Dios, honrar a los padres, no matar, ni mentir, ni adulterar, ni robar, encomendó a los padres: “Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho y enséñaselas continuamente a tus hijos” (Deuteronomio 6: 6 -7). Esta formación no se encomendó a los educadores del Estado.
En igual sentido, Dios recomienda a los hijos: “Hijos atiendan a los consejos de su padre; pongan atención para que adquieran buen juicio.” (Proverbios 4: 1) Esta apelación tampoco no fue dada a educadores ajenos a la familia del educando.
Cada vez que el Estado usurpa funciones de la familia, no las cumple desde el amor sino desde algún mandato ideológico.
Es hora, por tanto, que los padres recuperen sus atribuciones formativas y la educación estatal asuma las suyas. Las competencias educativas en lectura, escritura y cálculo dejan mucho que desear en cada evaluación PISA en Uruguay, y los docentes están bien capacitados para fomentar competencias en tales áreas, en lugar de pretender instaurar una nueva moral en los alumnos.
Ventajas de educarse desde el hogar
- Promueve la unidad padres e hijos
- Supone para los educandos una manera dinámica, cautivante y por momentos divertida de acceder a los diversos contenidos de un programa educativo, cuando se apela a la educación por proyectos interesantes para el chico
- Les afirma promoviendo su autoestima al estimular por momentos la autogestión de su formación en base a sus intereses.
- Los chicos aprenden más en menos tiempo y de modo menos rígido en cuanto a horarios y sitios donde adquirir el conocimiento
- No se ven expuestos a imposiciones ideológicas contrarias a los valores de su familia de origen.
- Alcanzan una formación de muy buen nivel
- No pierden la ocasión de hacer amigos y socializar con compañeros de homeschooling y en actividades como deportes o musicales
- Niños con capacidades diferentes aprenden a su ritmo personalizado
Desventajas del homeschool
- Esta opción no es apta para todo el mundo. Si el nivel cultural del núcleo familiar estuviera muy descendido puede resultar difícil este desafío.
- Demanda un compromiso y dedicación de los padres o tutores que no todo padre o madre que trabaje fuera de su hogar y en relación de dependencia puede hacerlo.
- Requiere del núcleo familiar, y en particular de los progenitores, un buen discernimiento de la tarea educativa a impulsar para el desarrollo pleno del menor.
- Finalmente, también demandará disponer de recursos económicos para inscribir al hijo/a en una institución educativa a distancia -mientras no se legalice la práctica en Uruguay-, y proveerle de los materiales de estudio. No obstante, impulsores de este sistema nuevo comparten recursos educativos entre la comunidad que practica homeschool, y apelan también a muchísimo material disponible sin costo en internet.
Los practicantes de la educación desde el hogar asumen que ello es una opción de vida.
Existe una agenda global de imposición ideológica que permea la educación formal en muchos países y la enseñanza de las nuevas generaciones se ha convertido en “adoctrinamiento” escolar, sujeto a la tiranía de los gobiernos de turno a nivel mundial.
Muchos padres se preocupan hoy por proteger la inocencia infantil y hasta la integridad emocional y espiritual de sus hijos. El llamado “nuevo orden mundial” está preparando el terreno y necesita de generaciones de mentes sumisas y adoctrinables, sin pensamiento crítico y obedientes a los mandatos de élites hegemónicas.
Para crear individuos dóciles, ha pretendido quitar a los padres el derecho de formar a sus hijos acorde a los valores de sus propias familias y de la tradición judeo – cristiana de Occidente. Ha tomado injerencia en el campo de los valores e ideologías, esferas otrora privativas de los progenitores, por lo sensibles y delicadas.
Lo académico hoy está permeado por lo ideológico. Los docentes que se prestan para ello están dejando de ser referentes para la familia y se posicionan como antagonistas de la labor formativa de los padres. La escuela nunca debe reemplazar a los padres en su labor, sino respetarla y complementarla.
No es una buena opción desautorizar a los padres cuando éstos cumplen adecuada y legítimamente sus responsabilidades de formar en valores a sus descendientes. Cuando el Estado invade el ámbito familiar privado, vulnera libertades y derechos personales, además de fallar al inmiscuirse en ámbitos para los cuales no está preparado para actuar eficazmente.
Ps. Graciela Gares: Participa en la programación de RTM Uruguay que se emite por el 610 AM – Columna: “Tendencias” – Lunes 21:00 h